Confundir el hambre con el sueño también engorda

:“Muchas veces, al sentirnos cansados, pensamos que tenemos hambre o que necesitamos alimentos para poder conseguir más energía, pero lo que realmente necesitamos es descansar”, explica Fran Sabal.

Salud
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A la larga  lista de los factores relacionados con nuestro estilo de vida y hábitos que nos predisponen al sobrepeso, hay que añadir otro elemento que suele pasar inadvertido: confundir la necesidad de dormir con las ganas de comer, según explica una especialista en nutrición emocional.


Llevar una dieta con muchas calorías, hacer comidas rápidas, las bebidas calóricas como los refrescos azucarados, permanecer mucho tiempo inactivo, el sedentarismo…, son hábitos que pueden contribuir al aumento del peso corporal.

A estos factores se añaden otros favorecedores del sobrepeso relacionados con nuestro estilo de vida y estado psicoemocional, como no dormir lo suficiente,  llevar un ritmo de vida acelerado y estresante, o dar rienda suelta a los excesos y el descontrol gastronómico  en ciertas etapas del año, como las vacaciones y las fiestas.

La falta de regularidad en los horarios alimenticios y comer en compañía de personas que descuidan sus alimentación, son otros hábitos o conductas que favorecen que engordemos  y que está a nuestro alcance corregir, pero hay un factor poco conocido que favorece el sobrepeso y nos pasa inadvertido: confundir el hambre con el sueño, según la nutricionista Fran Sabal.

Esto puede parecer algo inusual, ya que las ganas de comer y las de dormir, parecen ser dos sensaciones muy diferentes entre sí,  pero esta confusión perceptiva es un fenómeno más frecuente de lo que se supone.

Sabal es licenciada en Nutrición y Dietética por la Universidad de Valparaíso, en Chile, y experta en gestión emocional y Programación Neurolinguística (PNL). Autora del libro ‘Nutrición emocional’ (2020). Esta experta nos habla de que debemos entender la alimentación de manera global, ya que "en nuestro organismo todo está interrelacionado", y considera al peso como el resultado de la interacción de los cuatro niveles de nuestro ser: mental, emocional, nutricional y espiritual.

Dormir bien, para adelgazar mejor

Desde esa perspectiva el sueño tiene un papel fundamental sobre nuestro peso, por lo que es vital, no solo poder conciliarlo bien y dormir de la mejor forma posible, sino además evitar confundirlo con el hambre, “lo que conduce a ingerir más comida cuando, en realidad, lo que estamos necesitando en ese momento es dormir más y mejor”, según explica en una entrevista a EFE.

¿Cómo lo

conseguimos?

Por ejemplo, antes de comer, lo ideal es sentarse, respirar sosegada y profundamente, conectar con nuestro cuerpo y sus sensaciones y preguntarnos ¿qué estoy sintiendo realmente? ¿En verdad tengo hambre…?.  En ese momento tal vez sea de ayuda observar cómo han sido nuestras horas de sueño últimamente, cómo hemos estado descansando y cuáles son nuestros niveles de estrés, para así saber qué necesitamos verdaderamente en ese momento.

Sorprendentemente cuando hacemos este ejercicio de autoobservación muchas veces nos damos cuenta de que lo que tenemos realmente no es hambre como creíamos.

¿Qué cantidad de horas deberíamos dormir al día?

El sobrepeso y la obesidad, entendidos como un tipo de enfermedad crónica, se deben en gran parte al estilo de vida que llevamos, con lo cual, el cuidado del sueño es fundamental, pero es solo uno de tantos factores que puede provocar que  aumentemos de peso. Podemos dormir las 8 horas al día recomendadas, pero de todos modos engordaremos si el resto del día llevamos unos hábitos que no son saludables,

Otro factor a tener en cuenta es que conviene dejar pasar, al menos dos horas, desde que comemos hasta que nos acostamos, para que haya un descanso metabólico, que permita a nuestro cuerpo descansar durante la noche, en lugar de estar ocupado en un proceso digestivo.





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