Dime que realmente andas con Jesús y te diré qué realmente eres
En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: ¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros:’¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!’.
Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: ‘¡Ha perdido la cabeza!’.
Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras”.
Reflexión: Él quiere ser nuestro amigo eterno, que nos ama por lo que somos y no por lo que tenemos o podemos. Por ello, dirijámonos al solitario, al rechazado, al discriminado, al que no es tenido en cuenta; presentémosle al Buen Jesús