Nada hay oculto que no llegue a descubrirse
En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: “No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz.
Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.
Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener”.
Reflexión: Quien tiene ha sido porque ha abierto las puertas de su corazón al Señor y por eso es digno de recibir más, mientras quien no tiene es porque ha rechazado libremente la luz de Dios.