En aquel tiempo, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo".
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre.
¡El que tenga oídos, que oiga!" Reflexión: Nuestra postura debe ser la del Evangelio, que nos invita a provechar las crisis para sembrar bondad, enseñar la solidaridad y desterrar todo sentimiento y acto egoísta de nuestra vida, para que de esta forma, el bien que procede de Dios, y es superior a todo, neutralice el mal y restaure la sociedad.