En aquel tiempo, los discípulos de Juan se le acercan a Jesús, preguntándole:«¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?».
Jesús les dijo: ¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán.
Reflexión: No podemos ayunas con ánimo de luto, porque esto haría que nuestras obras de conversión no nos preparen para la vida; nuestra practica cuaresmal nos invita a un goce de la relación con el Señor que nos permita entregarle el gobierno de nuestra vida y estar listos para practicar la justicia.