En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío: «¿A quién compararé esta generación?
Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.
Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».
Reflexión: Al seguir avanzando en este tiempo de Adviento, elevemos los corazones al Señor y supliquémosle que nos ayude a permanecer fieles a nuestra fe, a su llamado y a vencer sin tardanza toda indiferencia a su Palabra de amor.