En esta charla con Dineyis Arias, experta en comunicación y docente universitaria, queda en evidencia la importancia de expresarse bien, tanto verbal como corporalmente, para el éxito y el bienestar general.
En el mundo actual, la comunicación efectiva es una habilidad fundamental para el éxito personal y profesional, teniendo en cuenta que la forma en que nos expresamos, tanto verbal como corporalmente, puede tener un impacto significativo en nuestras relaciones, oportunidades y bienestar general.
En este artículo, EL INFORMADOR tuvo la oportunidad de establecer una charla amena con Dineyis Arias, comunicadora social magíster en Desarrollo Social de la Universidad del Norte y docente de la Escuela de Ciencias de la Comunicación y Diseño de la Universidad Sergio Arboleda en Santa Marta.
Su amplia experiencia en el campo de la comunicación y periodismo, hoy le permiten estar al frente de varios cursos que integran la malla curricular de la institución, entre los que se encuentra Expresión Oral, razón por cual es considerada una voz de peso para brindar una perspectiva valiosa sobre la importancia de saber expresarse y la corporalidad para una comunicación eficaz.
Para empezar, la docente hace claridad en que la comunicación es un proceso inherente a todos y, por lo tanto, cada uno es capaz de comunicarse a través de una interacción social que se aprende desde temprana edad, a pesar de ello, afirma, en muchas ocasiones es desatendida.
“La expresión oral no se enseña tanto como a escribir y a leer, entonces en los colegios no tenemos un apéndice importante para tratar ese tema (…) El punto es entender que la comunicación no es solamente lo que decimos de manera verbal o escribimos, sino que también integra lo no verbal, que incluye los códigos lingüísticos y una serie de elementos que también comunican”, expresa.
Entre dichos elementos, la docente menciona, por ejemplo, la gestión del tiempo, las distancias, los silencios, la mirada, el movimiento de las manos, lo colores, el tipo de ropa que se usa, que al ser no verbales suelen ser dejados a un lado, por ello siempre intenta dejar claro que sobre la comunicación se debe adquirir consciencia, pues es un proceso que se puede planear para optimizarlo.
“Lo primero que uno debería recomendarle a cualquiera, en particular a un chico que está por entrar a la universidad, es que la habilidad oral es una destreza muy valorada en el mundo laboral (…) Nos tenemos que hacer más conscientes sobre cómo nos comunicamos y a partir de ello, reconocer que para comunicarnos oralmente necesitamos dominar el lenguaje oral y entender que sus técnicas difieren de lo escrito, porque elementos como la parte vocal y fonética importan. Por eso también en necesario identificar las cualidades del vehículo de transmisión oral, que son la voz, los ojos, el rostro, la sonrisa, la entonación, el volumen de la voz, el ritmo, la velocidad con la que hablamos”, manifiesta.
Por todo lo anterior, la docente establece que, al momento de prepararse para hablar en público, se debe llevar a cabo un análisis que permita reconocer y dominar el contexto temporal y circunstancial en el cual se tendrá la presentación.
Así mismo, menciona la importancia de elegir las palabras que se van a implementar para exponer una situación.
“A algunos se les hace sencillo, pero a quienes no yo les recomiendo que lean libros, que revisen ciertos contenidos, que hablen con los demás, que son trucos fundamentales (…) Lo no verbal tiene un asunto muy interesante, pues los estudios han planteado que casi un 60% de lo que comunicamos se encuentran en los elementos de la parte no verbal de lo que comunicamos, aunque yo lo considero más o menos cierto porque ello no quiere decir que no importa lo que digas”, formula.
Por lo anterior, considera, además, que la expresión verbal, al hacerla de manera consciente, debe ser en beneficio propio y del otro, sin dejar a un lado realidades latentes como el miedo a hablar en público, que es una de las condiciones más recurrentes ente quienes se enfrentan a la oratoria, por el temor compartido a la sanción social.
Así las cosas, la recomendación para sobrellevar este tema es entrenarse y recibir retroalimentación para evitar que el miedo crezca, es por eso que a los estudiantes que continúan en el colegio, la profesora Dineyis les sugiere aprovechar los espacios que brinda la institución para exponerse a situaciones de presión porque el arte de hablar en público afirma, no se aprende en una habitación solamente hablando frente al espejo.
“Con entrenamiento y ensayo podemos reducir y controlar el miedo. La ansiedad va disminuyendo en la medida que nos expongamos a situaciones de exposición pública (…) Igualmente se necesita tener presente el código común que se va a utilizar, es decir, que si estoy hablando con estudiante tengo que tomar elementos de ellos para hacerlos sentir más familiaridad”, agrega.
Entre otras cosas, la docente también menciona la existencia de gestos que facilitan la transmisión del mensaje, como subir las manos o la sonrisa, que suelen tener significados parecidos y son universales.
En esa misma línea, destaca también algunas falencias recurrentes entre sus estudiantes de Comunicación Social y Periodismo, la primera de ellas “no comprenden que hay que entrenar” y, a pesar de que somos muy orales, no son conscientes de los elementos técnicos, lo que queda evidenciado, principalmente, en el desconocimiento sobre las cualidades de sus propias voces.
“En algunos casos el exceso de confianza hace que obvien elementos que son muy concretos (…) Se necesita orientación y ensayo, por ejemplo, la mayoría no entrena sus cuerdas bucales porque no lo consideran necesario. También ocurre un poco que los estudiantes tienen debilidades en armonizar lo que dicen y eso tiene mucho que ver con el hecho de no prepararse. No podemos suponer que siempre vamos a tener la misma fórmula en todos los escenarios y contextos”, adiciona.
Por esa razón, para Arias, valorar y dominar la expresión oral y corporal permite tener un elemento diferenciador, con el que se podrá vincular con el público.