Dominar la palabra hablada, un aspecto clave dentro y fuera de la academia

La buena oralidad permite una mejor comprensión de los contenidos.

Aula Universitaria
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Entrar a la universidad suele ser un cambio drástico para estudiantes recién graduados del colegio, debido a que en este entorno se enfrentan a nuevos retos propios del camino a ser profesionales y uno de estos es el manejo de una buena oralidad.

La buena oralidad es una habilidad cuyo desarrollo es esencial para el éxito de un estudiante universitario. A lo largo de su carrera, los alumnos deberán presentar proyectos, exponer ideas y debatir en clase, lo que requiere una capacidad efectiva de comunicación oral.


De acuerdo con el docente e investigador Rudy Mostacero, “la oralidad es el primer sistema comunicativo que adquiere el individuo dentro de esa actividad semiótica compleja que es la producción textual y discursiva. Es la primera experiencia interactiva porque surge con la vida y se repite cada vez que nace un niño”.

Es, precisamente, esta característica la que permite que el ser humano se diferencie de los animales.


En el plano académico, el ser capaz de implementar esta habilidad podría hacer más llevadero el desarrollo de una persona en los distintos aspectos de su vida, pues no solamente resulta útil para la academia, sino también para la vida profesional y el obtener logros trazados en la cotidianidad.

¿Cuáles son las ventajas de un buen manejo de la oralidad?

De acuerdo con el citado investigador, lo principal es que la buena oralidad permite una mejor comprensión de los contenidos, pues aquellos que dominan la expresión oral pueden explicar con claridad sus ideas y escuchar las de los demás de manera efectiva, lo que les permite procesar y retener mejor la información.

Además, permite mejorar la capacidad de persuasión, pues en muchas ocasiones, los estudiantes deberán presentar argumentos y defender sus planteamientos ante un público. Una buena capacidad de comunicación oral les permitirá convencer a los demás con explicaciones claros y efectivos.


Por otro lado, la buena oralidad fomenta la confianza en uno mismo; quienes son capaces de expresarse con claridad y seguridad en público, tienen más probabilidades de sentirse confiados en sí mismos y en sus capacidades.

También es importante destacar que esta habilidad puede ser una ventaja en el mercado laboral, debido a que las empresas buscan empleados que puedan comunicarse efectivamente con colegas, clientes y proveedores, y la capacidad de comunicación oral es una de las destrezas más valoradas en el mundo laboral.

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Otro beneficio es la mejora en las relaciones interpersonales, teniendo en cuenta que las personas capaces de comunicarse de manera efectiva pueden establecer relaciones más sólidas y positivas con sus compañeros, lo que puede mejorar su experiencia universitaria. Además, una buena oralidad es esencial para el liderazgo, los líderes deben ser capaces de expresar su visión y guiar a sus equipos, lo que requiere una habilidad efectiva de comunicación para el intercambiar y recibir ideas; por otro lado, puede ser clave para mejorar la calidad de la investigación, teniendo en cuenta que los estudiantes que pueden presentar sus ideas y argumentos de manera clara tienen más probabilidades de recibir comentarios y sugerencias constructivas que les permitan mejorar su trabajo.


Asimismo, ayuda a fomentar la empatía, pues quienes escuchan las ideas de los demás y responden tienden a construir relaciones positivas y colaborativas con sus semejantes.

Por último, la buena oralidad es esencial para el desarrollo personal, ya que los alumnos capaces de expresarse de forma abierta, precisa y serena pueden comprender mejor sus pensamientos y emociones, lo que les permite crecer tanto de forma académica, como personal y profesional.