El orzuelo en los niños, molesto pero fácil de curar

Revista Ámbar
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Es provocado por una bacteria, el estafilococo, normalmente presente en el organismo, que aprovecha una alteración del estado de la piel para multiplicarse y originar una infección.


Un leve enrojecimiento, hinchazón, picazón y lagrimeo en los ojos de tu pequeño o pequeña es el inicio de un orzuelo, una afección de la piel que puede ser molesta, pero se eliminará sin problemas, ni secuelas; solo requieres tener ciertos cuidados para disminuir la incomodidad.

Este se produce en el párpado, superior o inferior cuando se inflama la raíz de las pestañas, de las glándulas sebáceas o de las sudoríparas.

La inflamación en la vista es producida por unas bacterias llamadas estreptococos y estafilococos, que están dentro de nuestro organismo. En la mayoría de los casos se debe a una obstrucción de sebo y su aparición no responde a ningún problema de salud.

Ante la aparición de un orzuelo, el especialista recomienda:

- Las compresas calientes aplicadas durante 10 minutos, tres o cuatro veces al día, para reducir la infección y facilita la eliminación del contenido del orzuelo.

- Bajo prescripción del pediatra, se puede recurrir a una pomada antibiótica.

- Siempre que sea posible, se debe evitar que el niño se toque el orzuelo, ya que de este modo puede extender la infección.

- También existe un remedio natural que consiste en verter 200 ml de agua hirviendo sobre cinco gramos de manzanilla. Hay que dejarla reposar durante 10 minutos, colarla, sumergir una gasa en la infusión, escurrirla ligeramente, comprobar que la compresa no esté demasiado caliente y aplicarla sobre el orzuelo durante 15 minutos, dos o tres veces al día, hasta que el pequeño mejore.

- Nunca intente eliminar los orzuelos apretándolos. Además de ser muy doloroso, podrías ocasionar una infección mayor.

- Procure que su hijo no se frote la zona inflamada. Podría dar lugar a una 'reinfección' del orzuelo.

- Para prevenirlos, lo mejor es mantener una escrupulosa higiene en la zona de los párpados. Lavarse muy bien las manos, y en el caso de los niños propensos a los orzuelos, limpiar el exceso de aceite de los bordes de los párpados con frecuencia.