Inmigrantes causan incomodidad por mal comportamiento en Comedor Comunitario

El comedor que funcionaba en el barrio El Carmen, fue trasladado a La Victoria por múltiples desordenes que se presentan a diario.

La Guajira
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"Nosotros mismos la hemos embarrado", expresa uno de los beneficiarios del comedor, en donde se han registrado riñas, lesiones, disturbios y discusiones.

Esos fueron los motivos que llevaron a que el comedor comunitario para población migrante y en condición de vulnerabilidad fuese trasladado desde barrio el Carmen a la calle 15 del sector La Victoria de Maicao, sin embargo, siguen presentándose inconvenientes en la nueva dirección.

Así lo indican quienes habitan en el área, que ven con extrema preocupación el comportamiento de algunos de los beneficiarios del comedor, señalando que a diario se presentan peleas y discusiones que suelen requerir la presencia policial.

"Son personas que no se comportan. Nos hemos visto en la necesidad de cercar porque muchas personas tiran sus desperdicios y hacen sus necesidades en el frente de nuestras casas", manifestó María Gaviria, vecina cercana al comedor.

El comedor comunitario del barrio La Victoria forma parte de las ayudas humanitarias con las que organismos internacionales, como el Programa Mundial de Alimentos, han ayudado a esta población vulnerable que ha llegado desde Venezuela durante los últimos años.

Los mismos beneficiarios, como la familia Paz González, reconocen que el comportamiento de sus compatriotas suele dejar mucho que desear pues los conflictos y las peleas que se ven a diario les han hecho merecedores de malos tratos.

La cifra 
1.500 1.500 personas son atendidas a diario en Comedor Comunitario de La Victoria en Maicao.
"En parte los vecinos tienen razón porque hay muchos venezolanos que se portan muy mal y no debería ser así, se supone que deberíamos esperar nuestros turnos en paz y tranquilidad sin pleitos y sin agredir a nadie", expresó el señor Albenis Paz, zuliano radicado en la ciudad desde hace dos años y padre de 6 hijos.

"La verdad es que la hemos embarrado con nuestro mal comportamiento, pero creo que debería haber más control de esto porque muchas veces también influye la impotencia, el calor, la arena y el hambre esperando horas para comer", explicó Jofre Montiel, vendedor de guantes residente de Maicao desde el año 2017.

El panorama se agrava debido a que muchas personas suelen esperar durante horas la siguiente comida, requiriendo en el proceso de baños y lugares para la espera. De esta manera, algunos optan por utilizar espacios públicos para hacer sus necesidades fisiológicas.

"Yo traigo a mis 10 hijos para acá para que coman porque no tengo cómo mantenerlos", señaló la señora Deisys Urbay, colombiana retornada a su ciudad natal quien también expresó que suelen sufrir humillaciones por el comportamiento de unos pocos desadaptados.

Este Comedor Comunitario atiende más de mil quinientas personas diariamente, el sitio y sus alrededores es visitado recurrentemente la Policía Nacional, quienes son alertados de personas sospechosas, consumidores de sustancias ilícitas o de riñas entre ellos.