Padres de hijos exitosos

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alberto Linero Gómez

Alberto Linero Gómez

Columna: Orando y viviendo

e-mail: palbertojose@hotmail.com



En estos días me escribió alguien a mi correo electrónico a contarme una situación por la que estaba atravesando. Dentro de su tono bastante trágico me decía que no sabe cómo ganarse espacios de libertad porque, a pesar de que ya es mayor, pues tiene 36 años, su mamá no la deja hacer las cosas que quisiera y que la manipula, no la deja salir, ni tener amigos, ni novio, ni nada, que qué hacía.

Inmediatamente le pregunté si a esa edad uno todavía podía pretender estar en la casa de los padres y no ser tratado como un adolescente. Creo que la vida tiene sus ritmos, sus tiempos para hacer cosas y para dejar de hacer otras.

Creo que esta persona ya debería haber hecho su propia vida, los papás no pueden convertirse en un obstáculo para el libre ejercicio de la existencia, ellos son guías, son apoyo, son fuerza, pero no pueden ser el centro de nuestra vida.
Si te comportas como un adolescente seguro te tratarán como tal.

Si a los 36 años sigues estando en casa como un dependiente no tienes que extrañarte que tus padres traten de dirigir la vida. Es un descaro querer tener los derechos de un hijo pero los deberes de un adulto.

Todo padre pretende que su hijo sea capaz de vivir sin él, lo prepara hasta cuando puede para que esto sea así. Así como todo hijo tiene que abrirse paso en la vida desde sus propias posibilidades.

Tenemos que entender la crianza como el proceso por medio del cual el niño, con el ejemplo de sus padres, aprende progresivamente a ser autónomo. El éxito de la crianza es que el niño sea un adulto adutodependiente y capaz de dirigir y organizar su vida.

Creo que los biorritmos hay que aprender a respetarlos; cada uno de nosotros tiene algo que lograr desde su situación actual, cada uno tiene un espacio y un tiempo en el que debe ser coherente.

Así como hay un tiempo en el que uno debe aprender a ser persona, hay otro tiempo para ejercer lo que aprendió.

No podemos quedarnos siendo hijos toda la vida, no podemos dejar que nuestra paternidad se vuelva un impedimento para el crecimiento y desarrollo del hijo.

Así como no creo que sea sano que un joven de 15 años tenga suficiente autonomía para decidir por él mismo su vida, porque creo que no está preparado para ello porque no tiene las herramientas suficientes que le permitan tomar decisiones acertadas; del mismo modo no creo que deba ser que un adulto de 35 no pueda tomar las riendas de su vida, pero eso es una decisión personal.

Lo cierto es necesitamos padres responsables de su tarea, que no esperen que nadie los remplace en ella sino que la asuman con la atención y el cuidado que se requiere.

Padres que tengan tiempo para sus hijos, que sepan comunicarse con ellos, den un buen ejemplo y les permitan ser verdaderos seres éxitos en el mañana.

El próximo 18 de marzo estaré en Santa Marta compartiendo una conferencia con este tema. Espero que participen. Dios les bendiga.