Correr el riesgo del encuentro con el otro

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Alberto Linero Gómez

Alberto Linero Gómez

Columna: Orando y viviendo

e-mail: palbertojose@hotmail.com



Mi propuesta para hoy es que reflexionemos a partir de la invitación que el Papa Francisco nos hace, en su exhortación apostólica La Alegría del Evangelio, a superar las relaciones interpersonales que están solo mediadas por los aparatos electrónicos, y a salir de nuestra comodidad personal, para encontrarnos con los demás y hacerles sentir que lo que nos dicen es importante y valioso.
Es necesario salir de la privacidad cómoda, para generar relaciones donde las personas puedan tener auténticos encuentros entre ellas. Entiendo que vivir con otros no es fácil, se presentan diferentes complicaciones que tienden a incomodar, porque muchas veces interrumpen los gustos personales. Hay gente que le cuesta mucho cortar un programa de televisión, cuando alguna persona le quiere hacer una pregunta o comentar algo. Son esos momentos en los cuales se pierde el valor de la comunicación interpersonal, porque algunos no están dispuestos a sacrificar sus gustos individuales.
Es impresionante ver grupos de personas comiendo juntas, pero cada quien hablando por su teléfono móvil, chateando con otra persona en el mundo. Vivimos en una sociedad ausente, en la que estamos juntos pero ausente de la vida del otro, porque a muchos no les interesa parar un momento y escuchar lo que le quieren decir los que le rodean. En un restaurante vi alguna vez un letrero que decía: “aquí no hay guay fai (sic), hablen entre ustedes”. Me llamó la atención el letrero porque es un llamado a darnos cuenta que estamos perdiendo los espacios para relacionarnos con las personas y le damos más relevancia a los aparatos.
Por eso me gusta la invitación del Papa a salir de esa comodidad a la que a veces podemos acostumbrarnos. Porque ella termina anulando la posibilidad de relacionarnos con los demás. Por otro lado, tampoco podemos habituarnos a relaciones que solo se dan a través de aparatos electrónicos, perdiendo la oportunidad de tener contacto físico con las personas. Conozco familias que se comunican por chat, estando en la misma casa. Solo los separan las paredes de las habitaciones y prefieren chatear para evitar la fatiga de levantarse de la cama y hablar personalmente.
Frente a este escape de los demás hacia la privacidad, el Papa Francisco nos dice que “el Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo. El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura”. Nuestro Dios sale en todo momento al encuentro con su criatura. El Señor nos enseña a salir de nuestra comodidad para encontrarnos con el otro.
No podemos olvidar nunca que somos seres en construcción y que esto solo es posible cuando nos abrimos a la relación con los otros, somos seres con los demás y para los demás, y la comunicación es fundamental para poder construirnos. Es necesario atender lo que los otros nos quieren decir y lo que nosotros podemos decirles también, no somos solo receptores, cuando nos comunicamos hay una relación bilateral que interpela y ocasiona siempre una respuesta.