Escrito por:
Ramón Palacio Better
Columna: Desde el Centro Azul
e-mail: ramonpalaciobetter@yahoo.com
Indudablemente el actual gobierno de la ciudad deSanta Marta ha enfrentado desde los comienzos desu gestión un conjunto de temas que tienen que vercon la calidad de vida y el costo real de la administracióndel principal Centro Histórico Urbano de Colombia.Hasta ahora la concepción general de lasiniciativas expuestas por el alcalde han sido correctasy en realidad parecen responden a los deseosde la mayor parte de los habitantes no sólo delCentro Histórico Santa Marta, sino de las zonasurbanas circundantes al Distrito Turístico. De ahí laimportancia que se espera de sus resultados, yaque operarán como un "efecto demostración" y facilitarántomar iniciativas similares en los distintossectores de la ciudad.El ordenamiento de las manifestaciones callejerasrespecto al Centro Histórico, no debiera haber despertadooposición alguna. Sin embargo, varios líderes,y un conjunto de transportadores, como tambiénalgunos dirigentes gremiales afines a éstos sehan opuesto a los cambios de rutas en el CentroHistórico, quizás, parecen no entender que la sociedadespecialmente quienes habitamos en el CentroHistórico estamos cansados de los permanentesabusos que conculcan el derecho constitucional paracircular peatonalmente por los andenes del CentroHistórico y el estacionarse libremente. Con objecionescargadas quizás de hipocresía, en algún momentose intentó acusar al gobierno de la ciudad porlas obras que en la actualidad se adelantan al interiordel Centro Histórico. El ejecutivo local ha puesto enevidencia varias de las dificultades que deberánenfrentarse, toda vez que se encaren varios planescomo el de la racionalización del tránsito vial, tambiénpeatonal y el estacionamiento de automotoresen el Centro Histórico de la ciudad más antigua deColombia, especialmente de quienes habitan en estaurbe de gran carácter colonial.Planes que no debieran ser demorados, aunque suaplicación deba respetar la lenta gradualidad y lanecesaria introducción de medidas de carácter administrativo,para evitar consecuencias socialesperjudicantes especialmente contra los habitantesdel Centro Histórico quienes viven, habitan, educana sus hijos y también trabajan en la trama colonialurbana. Sin embargo, a pesar de lo correcto delas actuaciones de la Administración distrital, no sepuede desconocer la necesidad urgente de efectuarcon prontitud unas reformas administrativas quepermitan mejorar la calidad de vida de quienes habitanen el Centro Histórico.La ciudad de Santa Marta es un caso emblemáticoen estos aspectos y los habitantes del Centro Históricono están bien atendidos en sus necesidadesurbanas, por ejemplo, muchos hoy no tienen derechoa estacionar el automóvil frente a sus casas dehabitación y porque en la mayoría de las calles de laestructura vial del Centro Histórico se ha impedidoy prohibido totalmente estacionar vehículos o automotoresen determinadas vías injustificadamente;aun a pesar de tener muchos habitantes del CentroHistórico mas 30 y 40 años de estar primero, viviendoen el mismo lugar y segundo, estacionandosus vehículos rutinariamente en dichas calles, desdemuchos años atrás. Esto ha generado en lostradicionales habitantes del Centro Histórico unamenazador malestar, porque esto conlleva a deteriorarmucho mas su calidad de vida, perturbando yofuscando además su tranquilidad; y muchísimosaspectos que la cotidianidad de la vida urbana comohabitante del Centro Histórico ha alterado, quizásultrajado en varios casos en particular.Mientras tanto, la cantidad de empleados públicos yprivados han elevado el congestionamiento delCentro Histórico, porque se desplazan en sus vehículosdesde otros sectores y zonas de la ciudad endonde habitan tranquilamente y se dirigen hacia susoficinas localizadas precisamente en el Centro Históricopara además de intranquilizar a quienes allíhabitan, desalojarlos de sus estacionamientos generandoapoplejía y una grave congestión en elCentro Histórico de Santa Marta. Asimismo, cuandollegan a sus oficinas la ciudad está limpia, perocuando se van, el desorden, la inmundicia, los escombros,bolsas de papeles son evidentes, y quiensabe cuantas porquerías y basuras dejan a quienesse quedan y porque viven en este grandioso lugartan destacado de la Colonia y de la Historia deColombia, que solo se limpia en las madrugadas decada día. Solo a esas tempranas horas el CentroHistórico está limpio y bien mantenido, por ello sushabitantes como depositarios y contribuyentesdistritales que también lo son, no ven retribuidos susimpuestos con servicios y obras incomparablementemejores e iguales a los sectores y zonas de laciudad en donde a sus pobladores o residentes nose les altera su tranquilidad, ni se les prohíbe estacionarsus vehículos frente a sus casas, ni se dispersala basura irresponsablemente como sí ocurreen el Centro Histórico continuamente einjustificadamente.Estas inconformidades, pataletas y desconciertosde muchos habitantes del Centro Histórico, quizásde un incontable número de perjudicados y ultrajadosen su historia y costumbres por estas causasmencionadas, seguramente requieren del señor Alcaldeunas constructivas acciones de gobierno,porque merecen ser apoyados, logrando a la mayorbrevedad realizar un programa integral de reformaadministrativa y urbana del Centro Histórico. Estareforma debería partir del diseño de una organizaciónadministrativa moderna y eficiente, que constituyael objetivo al cual deberá dirigirse la reforma,en un proceso que minimice los daños y efectosnegativos y perjudicantes que se le ocasionan especialmentea los habitantes del Centro Histórico; yque finalmente produzca o rescate de inmediato losinmensos beneficios perdidos como consecuenciade un proceso de transformación urbano absurdo,ilegal, incontrolado, desmedido y ocurrido en lasúltimas décadas en contra del Centro Histórico másimportante de Iberoamérica, aun caprichosamentedesconocido por las Naciones Unidas, quien lo hadebido declarar Patrimonio de la Humanidad desde hace muchos años atrás.