Blindar el ICA

Columnas de Opinión
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"Doctor Martínez la culpa no es suya, usted es un prisionero de un grupo político y no hay nada que hacer, usted está solo, usted no puede hacer nada. A usted le manejan ese instituto de la A a la Z". Esta fue la conclusión a la que llegó el periodista Julio Sánchez Cristo y el resto de los colombianos, luego de finalizar la entrevista con el director del ICA, Luis Humberto Martínez.
Claramente, la crisis institucional presentada en el ICA -y en otras entidades del ministerio de Agricultura-, es culpa del perverso sistema de estar entregándole el manejo de estas instituciones de carácter técnico a Senadores, que además de no pertenecer a la Comisión Quinta -donde se debate la política agraria del país-, tampoco tienen conocimientos de los problemas sanitarios y fitosanitarios que enfrentan los agricultores, ganaderos, avicultores, porcicultores y demás productores del sector agropecuario del país.
El manejo politiquero que le han dado al ICA ha sido de tal magnitud, que hasta han intentado modificar el manual de funciones de la entidad para remplazar a los ingenieros agrónomos y médicos veterinarios por economistas y abogados. Según versiones de algunos funcionarios, la nomina paralela supera los 2.000 contratos de personal temporal frente a unos 1.200 empleados de carrera. Los gastos de funcionamiento para atender esta burocracia superan los $74.000 millones al año.
Otro rubro atractivo para los congresistas que poseen el manejo de esta entidad, es de los contratos administrativos (vigilancia, papelería, seguros, mantenimiento, etc.), cuyo presupuesto supera los 110.000 millones de pesos al año. Esta mermelada revuelta con burocracia es la que tiene al instituto sin capacidad de respuesta ante los riesgos que amenazan la salud de la población, los animales y los cultivos del país. En manos de ellos está la prevención y control de todos los riesgos sanitarios, biológicos y químicos que nos puedan afectar. Con semejante responsabilidad, esta entidad debería estar lejos de cualquier interés político.
Los desaciertos no terminan ahí. Una de las razones por las cuales la Unión Europea, Estados Unidos, Mercosur, Canadá y México restringen el acceso de nuestra carne, es por la falta de un sistema que permita garantizar el cumplimiento de estándares en materia de inocuidad en los mataderos. Han pasado 8 años desde que se firmó el Decreto que establece esta regulación y en el ICA no han sido capaces de aplicarlo.
Ni siquiera han construido los laboratorios en las regiones a ver si dentro de cuatro años podemos exportar el primer kilo de carne a esos mercados que suman más de 800 millones de habitantes.
Conozco la capacidad de gestión y honestidad del doctor Luis Humberto Martínez, pero en esas condiciones de dependencia política lo único que puede lograr en el ICA, es la apertura de un proceso de responsabilidad fiscal, penal y disciplinaria. Todavía está a tiempo de salir con la frente en alto.
Señor presidente, la salud y la seguridad alimentaria de más de 47 millones de colombianos dependen de sus decisiones. Le rogamos el favor que blinde el ICA y las demás entidades del ministerio de Agricultura, contra la politiquería. Los empresarios del campo estamos cansados de tanta ineficiencia y corrupción en dichas entidades del Estado.