Convenio político

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"Los criterios disimiles a la hora de gobernar, conllevan a la multiplicidad de candidatos apoyados por el sector liderado por el ex presidente Uribe y el que sigue al presidente Santos".

El aroma de tranquilidad política que en su momento llevó al presidente Juan Manuel Santos aunado al romance vivido con el ex presidente Uribe, se agrieta por el estilo analítico y conciliador de hacer política del actual mandatario, diametralmente opuesto a su antecesor.

A escasos 90 días de posesionado el actual gobierno, los vientos dentro del partido de la U no son los más convenientes, por lo que se empezó a resquebrajar el proyecto de Unidad Nacional, tras las decisiones adoptadas por el Gobierno Santos.

El ambicioso paquete legislativo de origen gubernamental si bien los miembros del Congreso quieren debatirlo y no entregar un cheque en blanco al gobierno, se ha visto truncado por las posiciones que algunos áulicos uribistas han puesto sobre la rueda de la prosperidad democrática.

La reacción del anterior Presidente frente a proyectos de gran envergadura como la Ley de Víctimas básicamente, ha enervado el accionar uribista y los cortesanos dentro del Congreso se encuentran a la expectativa de meterle mano al proyecto que pretende aliviar y devolver a quienes fueron violentamente desterrados de sus parcelas; pagando la nación colombiana una deuda con nuestros coterráneos.

Los intereses dentro del uribismo -llámese partido de la U- pasa por las necesidades personales que cada uno quiera imponer.

Los criterios disimiles a la hora de gobernar, conlleva a afirmar que las elecciones del próximo año se van a ver reflejadas en la multiplicidad de candidatos apoyados por el sector liderado por el ex presidente Uribe y el que sigue al presidente Santos. Puesta riesgosa si el actual mandatario quiere integrar junto con los gobernadores y alcaldes afines a su gobierno, una estrategia de gobernabilidad que le dé los resultados que muchos esperan.

A pesar de la coyuntura política no se puede descartar la gran orientación que el ex presidente Uribe tiene sobre las bases uribistas, y en muchas regiones se puede ver acentuado en el desconocimiento a los acuerdos políticos.

Asegurando el Liberalismo y Cambio Radical cargos públicos, el presidente Santos como jugada de ajedrez se escuda con peones cuando los alfiles se le van acabando y se van deslizando hacia otra orilla.

En medio de las disputas, el partido Conservador que con disciplina se encuentran en el butaca del poder trabajan sus bases para ampliar el número de gobernadores, alcaldes y miembros de corporaciones públicas, afianzándose dentro de la Unidad Nacional como la mayor fuerza política con que cuenta el actual Presidente dentro del Congreso para trabajar los proyectos legislativos de origen gubernamental.

Esquirlas: el final del partido de la U, se está dando lentamente por quienes han sido sus mentores por las diferencias conceptuales en política y por el estilo de ejercer la misma.

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