Siria, un pequeño país asiático que tiene temblando al mundo

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Orlando López Lozano

Orlando López Lozano

Columna: Así veo las cosas

e-mail: orlandoluis1210@hotmail.com



Siria es un pequeño país asiático- no pasa de 15 millones de habitantes- que las tenebrosas circunstancias del poder en el mundo, la han obligado a dar un salto terrorífico de humilde confeccionador de las alfombras más bellas del mundo a temible hacedor de las deletéreas armas químicas.

Dentro de mi humilde concepción histórica y formación sicológica, oso pensar que semejante salto de Siria es consecuencia del miedo enfermizo que le han incubado sus bélicos vecinos ¿Qué otra explicación lógica puede tener semejante metamorfosis? Creo que ninguna otra. ¿Quién no permanece asustado al vivir rodeado por vecinos armados hasta los dientes que solo respiran letales amenazas de guerra, con mucho mas poderío bélico y con aliados de quienes solo esperan la orden mortal para desatar la mas espeluznante de las guerras?

Existen miles de ejemplos en el mundo donde el miedo ha convertido en valientes a mucha gente pacífica, a muchos hombres cobardes. Y en la historia de los pueblos Siria aparece como un ejemplo de lo que aquí afirmo.

Si es cierto que esta pequeña nación posee armas químicas, su envalentonamiento progresivo, obedece a que las armas químicas son tan poderosas o más que la bomba atómica. Sus efectos son más lentos y desesperantes toda vez que operan a través del metabolismo de las personas, dé su aparato respiratorio y envenenamiento paulatino del cerebro.

Es decir que la consecuencia de la actividad de su primer componente -cianhídrico- son crueles e Inhumanos, porque no es lo mismo morir instantáneamente que después de ser presa de una lenta y larga agonía.

Como vemos, la crueldad del señor presidente de Siria Bashar Al-Asad no tiene límites, cuestión que mantiene en vilo a quienes están planeando atacarlo, ya que conocen las consecuencias infernales de tal ataque, el cual cobraría la vida inocente de niños, adultos y ancianos que, indudablemente nada tienen que ver con este conflicto de locura.

Se ha hablado de un ataque que no superará un lapso de cinco días, qué su aplazamiento anterior a obedecido a la mesura y reflexión del presidente Obama quien conoce perfectamente bien la magnitud del desastre.

Por otro lado el señor Secretario General de la ONU, Señor Ban ki-Moon, está empecinado en resolver este "impasse" mortal a través del dialogo, cosa que dudamos ya que el mundo entero es testigo de los diferentes fracasos del el señor Ban Ki-Moon cuando ha intervenido en situaciones más o menos similares.

Bashar Al-Asad es un mandatario eminentemente tozudo, tal es el perfil que dé él tiene la historia, en consecuencia no es cualquier mediador que va a convencerlo a deponer las armas, más cuando su enemigo exhibe una naturaleza profundamente bélica respaldada por un gobierno tradicionalmente mahometano, cuyos principios llevan el sello intransigente del fanatismo.

Desafortunadamente en el mundo del dialogo son pocos los diplomáticos con éxito que tenemos en esta clase de conflictos. Entre ellos no podemos contar al señor Ban Ki-Moon quien hasta la presente no ha sido capaz de arreglar el más insignificante pleito entre comadres.

El mundo entero está pendiente del resultado que pueda arrojar la reflexión del señor presidente de los EE.UU., con respecto al caso de Siria. Algunos de sus aliados parecen, en última instancia, no está de acuerdo con el ataque en cuestión, posición que reconocemos valida si se tiene en cuenta que las consecuencias letales de este conflicto no solamente afectarían al continente asiático sino que se expandiría por el resto del mundo. Esperamos pues, que este conflicto de locura sea resuelto por las vías del diálogo y que la ONU con su secretario general a la cabeza, se apunte al fin un triunfo a su carrera como diplomático.