¿Y dónde está el piloto?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jorge García Fontalvo

Jorge García Fontalvo

Columna: Opinión

e-mail: jgarciaf007@hotmail.com



Con excepción de las agradables noticias que hemos recibido, durante los últimos días, por cuenta de la excelente actuación de los deportistas colombianos, solo dolores, tribulaciones y tristezas merodean el pensamiento cansado de la gente de este querido país. No existe paz alguna en la mente de los colombianos porque alrededor, solo el caos y el desorden gobierna en los más apartados rincones de Colombia y el mundo.

La verdad es que son muchas las causas de la tragedia que se vive en nuestro planeta en estos días, sin embargo la demagogia, la corrupción, los políticos deshonestos, los desaciertos de los aprendices a gobernantes, la locura ideológica, el fanatismo religioso, el terrorismo asesino, así como también la criminalidad desbordada y los miles de locos al volante haciendo de la suya en las calles de las ciudades, son algunas de las más representativas.

Gracias a Dios existen nuestros deportistas. Gracias a Dios existen personajes dignos de ser elogiados como Catherine Ibarguen. Bueno y no olvidemos a los grandes escritores, pintores, escultores, científicos, músicos y en general todo ese grupo de hombres y mujeres que nos hacen sentir orgullosos de ser nativos de esta hermosa tierra.

Gracias a Dios todos ellos existen y están ahí para recordar a los 47 millones de colombianos que aún existe una esperanza, remota tal vez, pero esperanza de cambiar el doloroso destino que se manifiesta vivo a nuestro paso.

Basta con leer un artículo de prensa, apreciar o escuchar las noticias para notar que la raza humana se enrumba en dirección de abismo sin fondo. ¿Qué es lo que realmente sucede en nuestro país y en nuestra querida Colombia?

Por supuesto muchas cosas suceden, pero seguramente lo que más nos encadena a un destino poco digno es la corrupción infinita. Porque muchos creyéndose gobernantes por disposición de los dioses, como pensaban los reyes de la antigüedad, maltratan a su gente y se sienten con el derecho de resolver los asuntos de la comunidad como a ellos en su vasta ignorancia se les ocurre.

Este tipo de gobernantes corruptos, amantes del poder, la ambición y la gloria, han convertido este planeta en un lugar turbio que se derrumba día tras día. No sé qué sucederá con nuestro mundo y con nuestra tierra mañana, pero estoy seguro que estamos a tiempo de enderezar lo que se ha torcido.

Hoy es el tiempo preciso para cambiar lo que ya se debió haber cambiado. No permitamos pues que personas como las que hoy nos gobiernan y nos han gobernado por 200 años, continúen actuando irresponsablemente como siempre lo han hecho. Si queremos que las cosas cambien para el bien de todos, cambiemos primero nosotros desde lo más interno de nuestra alma, porque de lo contrario la injusticia continuará haciendo de las suyas.

Es el tiempo preciso para que usted y yo nos dediquemos a construir un mundo más justo, un mundo en el cual los corruptos no se apoderen nunca más de las riquezas que han sido apartadas para unos pocos.

Es hora de tomar conciencia y dejar de lado la idea absurda del partidismo político. No podemos seguir jugando el juego de los corruptos. No volvamos a creer en los deshonestos que tienen al pueblo en la miseria y se jactan de sus pobres actuaciones.

Colombia necesita colombianos de verdad. Colombianos que sientan el sufrimiento y lloren por Colombia y su gente. Busquemos un nuevo rumbo para nuestra patria y para ese mundo que nos necesita. No más votos por los corruptos y la corrupción, y que viva la gente de mi Colombia.

Esta es simplemente la semblanza de un pueblo sin gobierno o dirección que no sabe que esperar y pregunta preocupado: ¿Y dónde está el piloto?