La reelección sin equidad de género

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Escrito por:

Cecilia Lopez Montaño

Cecilia Lopez Montaño

Columnista Invitada

e-mail: cecilia@cecilialopez.com



Después de una serie de investigaciones en Palacio, la Silla Vacía acaba de publicar lo que según ellos sería el equipo de la reelección de Santos.

Lo encabeza el ex Presidente César Gaviria, el todo poderoso que parece estar en todas partes, acompañado por el elegido, Germán Vargas. Los dos se consideran los apoyos claves. Como asesores externos, otros dos miembros del ex kínder de Gaviria, Miguel y Gabriel Silva, para variar, porque el resto está en Cuba.

Se espera que Orlando Sardi, embajador en España, Roberto Prieto, ex director de Buen Gobierno, Germán Santamaría viejo amigo de Santos y embajador en Portugal y Juan Carlos Echeverry que parece más calmado después de su inesperada salida del gabinete, también acompañen esta etapa.

Después vienen una serie de funcionarios cercanos al jefe de Estado y en las regiones exmandatarios locales, algunos en enredos ante los entes de control como Alejandro Char. Están en el equipo Bruce MacMaster, Aurelio Iragorri, Tomás González, entre otros.

En síntesis, 12 personajes entre los cuales no hay ni una sola mujer. Varias preguntas suscita esta realidad; o las ministras no dan la talla y se nombraron como relleno, lo cual no solo es un insulto para las ministras sino que es una ofensa para las mujeres capaces del país que son muchas, probablemente más que los hombres. La segunda posibilidad es que definitivamente el Presidente y su equipo son absolutamente misóginos, aunque de vez en cuando le dan colombianas a las mujeres como el nombramiento de Maria Fernanda Maiguashca en la Junta del Banco de la República.

Definitivamente en Colombia su dirigencia, mayoritariamente masculina, no ha entendido el papel de la mujer en la sociedad.

Creen que llevar mujeres a cargos directivos equivale a incluir en la agenda temas esencialmente femeninos como el aborto, la violencia intrafamiliar, el acoso sexual, que de ninguna manera se consideran temas de la sociedad y que además no les interesan a los hombres.

Desconocen por completo la verdadera realidad; las mujeres son en Colombia el 51% de la población y tienen su propia manera de ver el país, de evaluar sus problemas y de plantear soluciones con componentes distintos, como mayor sensibilidad, solidaridad, eficiencia y sobre todo, transparencia.

Pero definitivamente, esa dimensión del aporte de la mujer no le pasa por la mente a la dirigencia colombiana. Esta fue una de las razones con las cuales justificaron algunos la no presencia de las mujeres en el equipo negociador del gobierno en la Habana. Como si ellas no conformaran el grueso de las víctimas vivas del conflicto armado.

Lo que es verdaderamente increíble es que a falta de espacios nacionales, a las colombianas se les ha abierto un gran camino a nivel internacional. Muchas de nosotras nos pasamos la vida de país en país contando y discutiendo nuestras ideas mientras en Colombia no existen reales oportunidades ni siquiera en casos impulsados por colombianas que son modelos para otros países.

Este es el caso por ejemplo de Vicky Colbert, quien inició la escuela nueva en Colombia, creó una Fundación para que este modelo no muriera en nuestro país y hoy viaja por el mundo donde es adoptado por países como Vietnam, por ejemplo.

Algo similar está pasando con la economía del cuidado, cuya primera ley para visibilizarlo y medirlo se aprobó en Colombia en noviembre de 2010 y mientras su desarrollo avanza solo gracias al Dane y a espaldas del resto del gobierno, en el mundo piden permanentemente asesoría sobre el tema.

No se engañen, subestimando a sus mujeres este país no saldrá adelante.