Voto obligatorio temporal contra la politiquería

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

César Serpa Vega

César Serpa Vega

Columna: Opinión

e-mail: cesarserpavega@yahoo.com



Con la llegada de la próxima temporada electoral para elegir Congreso y Presidente, se inicia el debate público de las propuestas de los posibles aspirantes, pero también se presentan lastimosamente los diversos y creativos fraudes ó delitos electorales que nunca faltan en cada elección y que cada vez se perfeccionan más para abrirle espacio a los corruptos, politiqueros, oportunistas y mercaderes de votos.

A pesar de que contamos con un sistema democrático -imperfecto, pero democrático-, los corruptos y politiqueros se han ingeniado todo tipo de métodos truculentos para alcanzar su principal objetivo que es el poder político, de la forma más directa y legítima posible, por medio de la compra ó trasteo de votos -entre los delitos más comunes-.

Esta terrible situación ha sido empeorada y facilitada de forma indirecta por la enorme apatía ó abstención que tradicional e históricamente se presenta en cada proceso electoral, la cual se sitúa en un promedio del 50% según cifras de la Registraduría Nacional del Estado Civil, ese es un altísimo porcentaje que debería preocupar mucho a una sociedad tan moralmente deteriorada como la nuestra, ya que nos muestra que del total del censo electoral (unas 30 millones de personas aptas para votar aproximadamente), sólo la mitad está acudiendo a las urnas, lo que indica que millones de Colombianos no creen en el sistema democrático ó simplemente no le apuestan a él, no le dan la importancia requerida ó no son conscientes de que al No ir sufragar ó votar, le hacen más fácil el trabajo a los corruptos y politiqueros ya que son menos los votos que necesitan para hacerse elegir.

La gravedad de la situación social y económica que vive la mayoría de Colombianos de a pie (porque el país en cifras económicas va bien, pero eso no se refleja en los ciudadanos del común), debe llevar a un completo y riguroso debate público sobre la importancia del voto para escoger funcionarios y decidir políticas que nos afectan e impactan a todos; porque así como la elección de buenos líderes permite que haya mejores condiciones de vida, la apatía y la abstención se convierten en una grave y perjudicial omisión que nos perjudica y hunde más en la desidia, la indolencia y el abandono que sufrimos a diario por parte de las autoridades oficiales escogidas por los que sí votaron ó suplantaron.

El sencillo análisis anterior podría llevarnos a concluir entonces que No ir a votar es casi tan grave como dejarse comprar el voto, ya que la acción de No sufragar le permite a los corruptos y politiqueros elegirse con muchísimos menos votos de los necesarios.

Es importante que los colombianos reforcemos y consolidemos la cultura del voto como la herramienta más poderosa y directa para elegir bien y cambiar nuestro destino. Votar así sea en blanco ó por el candidato opositor ó por el que figura en la última parte de las encuestas, es un modo válido de manifestarse, es una forma legítima de protestar contra el sistema, es una manera contundente para hacerse sentir.

Ojalá tuviéramos idea del poder que tienen los millones de votos de opinión, honestos e independientes que se pierden siempre por simple apatía y abstención electoral. Una franja adicional de millones de votos (por lo menos unos 10 millones más del censo electoral), obtenida por una obligatoriedad transitoria del voto, permitiría elegir nuevos liderazgos y nuevas fuerzas políticas, las cuales harían contrapeso a los poderosos corruptos y politiqueros de siempre.

Tenemos que recordar siempre y para nunca olvidar, la experiencia de las pasadas elecciones Presidenciales en donde la llamada "Ola Verde", representada por millones de jóvenes y adultos independientes e indignados que se movilizaron con mucha energía apoyando al candidato Antanas Mockus, al punto de hacer soñar a muchos con un modelo político diferente, pero que al final no pasó de ser un simple sueño porque esas buenas intenciones al final No se tradujeron en votos. Todo eso se dio porque entre otras causas, muchas de esas millones de personas que le dedicaron su tiempo y esfuerzo a la campaña "verde", No salieron a votar el día de elecciones, lo que terminó haciendo perder -de forma honrosa- a dicho proyecto.

Es momento de propiciar un debate sobre la conveniencia de establecimiento del voto obligatorio en Colombia, así sea por un tiempo determinado hasta donde se considere que se haya restablecido la cultura de ir a votar de forma consciente, responsable y madura. Votar debería ser una cuestión de vital importancia para un Estado, tal y como lo es pagar impuestos. Es necesario hacer fuerte pedagogía sobre la importancia del voto e implementarlo de forma obligatoria hasta que la mayoría de los ciudadanos lo interioricen en sus costumbres y podamos entender por fin que la mejor forma de derrotar a tantos corruptos y politiqueros es con votaciones masivas, honestas y transparentes.