Manejo responsable de los recursos naturales

Columnas de Opinión
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Escrito por:

César Serpa Vega

César Serpa Vega

Columna: Opinión

e-mail: cesarserpavega@yahoo.com



Actualmente se encuentra muy fuerte la polémica sobre la explotación turística de una de las reservas naturales más importantes de nuestro país y del mundo: el Parque Nacional Natural Tayrona. La posible instalación de un complejo hotelero ha desatado una saludable y necesaria discusión a nivel nacional sobre las ventajas y desventajas de este proyecto de carácter privado, sobre una zona que vale la pena aclarar, es reserva natural de uso público desde su declaración por parte del gobierno nacional, en 1964.

Ya son varios los intentos por "desarrollar sosteniblemente" y de forma "ecológica" al Parque Tayrona por medio de emprendedoras y "bienintencionadas" empresas privadas que en teoría buscan explotar turísticamente las hermosas playas y las tupidas selvas de esta paradisiaca reserva natural, la cual no solo es un patrimonio local, sino nacional y mundial. Estas iniciativas empresariales privadas, que como toda iniciativa de este tipo busca fundamentalmente la explotación económica y la obtención de utilidades de tan impresionante belleza, tienen un objetivo aparentemente noble como es la promoción turística de éste territorio a nivel nacional e internacional; para atraer turistas de todas las nacionalidades y por supuesto, generar divisas e ingresos para el país. El problema radica en que las zonas mencionadas son de una delicadeza natural y ecológica que si no son protegidas de forma responsable y contundente por las autoridades pertinentes, sufren el riesgo de depredarse, acabarse y desaparecer de forma irreparable e irrecuperable.

El Parque Tayrona es una reserva natural de 15 mil hectáreas en las que según datos de Proexport habitan aproximadamente 100 especies de mamíferos (monos, tigrillos, murciélagos, etc.), 300 especies de aves (cóndores, águila solitaria, águila blanca, etc.), 31 especies de reptiles, 15 de anfibios, 202 de esponjas, 471 de crustáceos, y más de 1000 especies marinas más entre las que podemos encontrar delfines y hasta tortugas marinas. Adicionalmente en los ecosistemas oceánicos de dicho parque hay 350 especies de algas, 31 tipos de plantas y más de 770 especies diferentes de plantas, que van desde cactus hasta grandes árboles que pueden alcanzar los 30 metros de alto. Los anteriores datos nos dan una idea de la dimensión y la enorme importancia natural y ecológica del Parque Tayrona y por ende, de la inmensa responsabilidad que tiene el gobierno nacional y local entre manos (sin entrar en polémicas jurisdiccionales). Esta incalculable riqueza no puede explotarse de cualquier forma, ni encargarse a cualquier persona o entidad ya que se trata de proteger, administrar y mantener una reserva ecológica mundial. No se puede olvidar tampoco que se trata de un patrimonio público y que por lo tanto debe estar accesible y al alcance de todos sin distingo, siempre y cuando sea dentro de esta área estatal definida.

Adicional al tema de la protección de la reserva natural del parque Tayrona, está la cuestión de las propiedades privadas que ya estaban establecidas antes que se declarara como parque nacional, las cuales en su momento deberán ser indemnizadas ó compensadas para que puedan ceder sus derechos a la nación. Para este objetivo se tendrá que hacer un inventario actualizado para determinar quiénes son los que realmente tienen algunos derechos históricos, ante la avalancha de reclamaciones que se presentan a diario y ante la proliferación de títulos de propiedad de dudosa procedencia (según datos de la Superintendencia de Notariado y Registro, de 293 títulos de propiedad registrados en el Parque Tayrona, el 70% está en manos de privados, y de los cuales, el 35% fueron adquiridos de manera ilegal que corresponden a 5.000 hectáreas aproximadamente, es necesario aclarar este asunto para que el Estado pueda ejercer soberanía en el Parque con tranquilidad, transparencia y contundencia.

Finalmente y retomando la necesaria discusión sobre la conveniencia de concesionar los Parques Nacionales Naturales, miles de ciudadanos indignados se manifestaron por medio de las redes sociales, -las cuales por cierto se han convertido en un poderoso y efectivo medio de críticas y reclamaciones- para mostrar su total descontento y desacuerdo con uno de esos proyectos hoteleros privados, lo cual provocó que el gobierno nacional suspendiera la licencia de dicho proyecto, demostrando que si todos los ciudadanos del común se unen en un mismo objetivo (en este caso la no construcción de hoteles de ninguna naturaleza en el parque), pueden lograr positivos resultados que en últimas deberían ser los deseos de todos (menos los inversionistas, por supuesto), ya que la conservación del estado virgen (sin modificar por la mano del hombre) de las aguas, playas, vegetación, ecosistemas, flora y fauna del parque, debería ser un imperativo de la humanidad entera y entre otras cosas, esa virginidad podría ser el verdadero atractivo turístico para explotar del Parque Tayrona.