Protejamos a las niñas y niños de la pólvora

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Las niñas y los niños no tienen derechos pequeños; tampoco son el futuro como dicen por ahí; son el presente y deben ser protegidos contra amenazas y riesgos que los puedan agredir o vulnerar, mientras cruzan esta etapa para que puedan llegar a mayores con visión futurista Esa protección acorde, corresponde a ese desarrollo que viven y al cumplimiento del principio de interés superior.

La protección integral se materializa en el conjunto de políticas, programas, planes y acciones que se ejecuten en los ámbitos Nacional, Departamental, Distrital y Municipal en el entorno de las niñas y niños. Es el interés superior de los niños el imperativo que obliga a todas las personas a garantizar la satisfacción integral de todos sus derechos.

Las niñas y los niños serán protegidos contra: El Abandono físico, la explotación económica, la prostitución, la pornografía, el secuestro, el reclutamiento y la utilización por parte de los grupos armados, el consumo de sustancias psicoactivas, la utilización en la mendicidad entre otras situaciones.

Debemos entender siempre, que los derechos de las niñas y los niños prevalecen sobre los derechos de los demás.

Es la madre y el padre, quienes tienen la responsabilidad no solo de ver crecer a sus hijos, sino también de enderezar sus caminos por esas facultades que les otorga la Patria Potestad, establecida en nuestra Legislación Civil; es además la obligación inherente a la orientación, cuidado, acompañamiento y crianza de las niñas y los niños durante su proceso de formación.

El Estado, en cabeza de todos y cada uno de sus agentes tiene la responsabilidad inexcusable de garantizar sus derechos, también es obligación de la familia y la sociedad, formar a las niñas y los niños con claro sentido pedagógico.

Los niños son seres indefensos, a los cuales no debemos escatimar esfuerzos; nos corresponde orientarlos y rodearlos, además de hacerles efectivos los derechos que la Constitución Política y el Código de la Infancia y Adolescencia les proporciona; en otras palabras blindar sus derechos.

A los niños no se les debe tildar de mocosos, molestosos, ¿para qué entonces los trajimos al mundo? Son ellos una caja de sorpresa, de quienes podemos aprender con sus actitudes y preguntas tan originales.

En esta temporada que se quema pólvora el deber de nosotros los mayores y padres es de protegerlos de ese peligro. La pólvora mata, acaba con ilusiones, desfigura rostros. Por ningún motivo demos pólvora a los niños; no le trunquemos su futuro; por inofensiva que esta sea causa daño.

No seamos autores de las desfiguraciones y mutilaciones que afectan a niñas y niños la pólvora. Padres que sean sorprendidos y denunciados por estos casos pueden verse involucrados en la perdida de la Custodia de sus hijos y ser acreedores de sanciones.

Observemos a nuestros hijos, disfrutemos con ellos sus mejores momentos, así seremos sus confidentes, sus mejores amigos.

Identifiquemos su proceso de formación, moviéndonos paralelamente a ellos, así podemos conocer sus falencias y requerimientos. Seamos sus primeros profesores de escuela, colegio y universidad.

En esta época podríamos darles a las niñas y niños otra clase de diversión como jugar con ellos, dedicarles más tiempo para que nos cuenten sus experiencias, disfrutar conjuntamente vacaciones, ver una película, ir de paseo u otro actividad que de mutuo consenso podrán encontrar, alejándolos del peligro de la pólvora.