Irreflexiva oposición política: Abyecta, estúpida y rechimba

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Noriega

José Noriega

Columna: Opinión

e-mail: jmartinnoriega@hotmail.com



“Allá en el pueblo de Tamalameque dicen que sale una llorona loca, que sale por aquí, que sale por allá, con un tabaco prendido en la boca…”(Canción La Llorona Loca – autor José  Benito Barros Palomino)

Colombia, como cualquier Bananas República, muestra toda la estupidez y anarquía propia de esas familias en donde cada uno de sus miembros se preocupa por lo suyo, sin importarle que con su abyecto proceder termine despedace las ilusiones de aquellos que ni ilusiones tienen, por cuanto las han perdido todas, siempre con la ayuda desinteresada de aquellos personajillos que desde hace doscientos años han manejado el país creyendo que ellos son los únicos dueños de la tierra y sus derivados, al punto que hoy, cuando ven amenazadas sus proyecciones económicas y sienten que les están birlando sus propiedades, ripostan para defender lo que les ha costado sembrar.

El 19 de junio de 2022 se produjo un cisma político en el país, ese día las élites sintieron el poder de un pueblo avasallado, que consideró que llegada la hora de sus reivindicaciones sociales y económicas, y es a partir de allí que se empieza a gestar una ruta transformadora en todos los aspectos de la cotidianidad, aunque el paso del tiempo ha dado al traste con mucho de ello, en razón a que la realidad ha sido inferior a las expectativas, al punto de sentirse un halito de frustración, con un gobierno que ha sido el símbolo de la improvisación y pareciera que todo oliera  a fracaso, máxime cuando en una típica posición absurda de terquedad y obstinación el gobernante prefiere mirar hacia otro lado y desconocer la realidad mundial, para lo cual y yendo en contravía de la misma se muestra indiferente a los llamados de quienes esputan que es hora de corregir y enderezar el rumbo.

Ante tamaña obsesión gubernamental y mostrando una ridícula aversión hacia los afortunados, ha resurgido desde sus cenizas y escombros la vieja clase política colombiana que no quiere dar su brazo a torcer y pretende impedir a toda costa que les arrebaten sus inmensas ventajas a partir de la detección del poder, y han enfilado baterías para desvirtuar cuánta pretensión de cambio intenta el gobierno, incluso valiéndose de cualquier estupidez para vender la idea de una irreductible equivocación, ya que, -según ellos-, el país venía marchando demasiado bien, por lo que no aceptarán que les arrebaten sus garantías, y critican todo, en muchos casos con la ayuda y benevolencia de medios de comunicación afines al poder, quienes se prestan para ser áulicos del poder económico.

Critican todo, aun quedando en videncia su crasa ignorancia y abyecta posición política, porque solamente les preocupa que les toquen sus negocios y temen perder su poderío, todo ello para hacer creer al país que únicamente ellos son los que pueden gobernar y los demás, -el pueblo raso-, solo son una caterva de ignorantes que se necesitan para que se vuelquen a las urnas cada cierto tiempo y refrenden allí lo que ellos se vanaglorian en llamar la democracia más antigua y firme de la región.

Empecemos por el comienzo y de manera vergonzosa y fétida observamos que los amanuenses y seguidores de los partidos en oposición se muestran altivos e irrespetuosos para gritar por todos lados que se oponen a las posibles reformas que está proponiendo el actual gobierno, dicen que ellas sumirán al país en la más absoluta pobreza, solamente porque les quitarán sus beneficios y gabelas económicas sobre las que se han enriquecido vorazmente mientras el pueblo vive sumido en la más espantosa ruina económica y medio subiste para que la famélica realidad sirva para certificar que es gracias a ellos que la patria vive. Amanecerá y veremos.