Un hálito de Bukele, sería una gran alternativa del presidente Petro.

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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com


Al parecer el presidente Gustavo Pedro, sin dar muestra de disimulo, se encuentra en desacuerdo con el presidente salvadoreño Nayib Bukele, durante su intervención en el IV Foro Colombia-Unión Europea, el presidente Gustavo Petro lanzó una nueva indirecta al presidente de El Salvador Nayib Bukele, con quien ha tenido varios enfrentamientos durante las últimas semanas por el traslado de miles de pandilleros a cárceles de máxima seguridad.

El presidente salvadoreño es hoy una figura mundial por haber aplicado una conducta inflexible contra aquellos que tenían al país al borde de llevarlo a la penumbra. Bukele a los 38 años asumió el poder en su país y desde ese entonces no ha dejado de mostrar al mundo que la marcha del progreso en su país ha sido altamente destacada, el inconformismo se encuentra abatido a punto de desaparecer. Hoy el fuertemente criticado por nuestro presidente está en 90% de aprobación con tendencia a que pueda seguir sumando, probablemente hasta finiquitar resignación.

Su manera de mandato ha sido supremamente plausible, antes de asumir el mandato el país salvadoreño se encontraba acosado por la delincuencia, actualmente se han registrado meses en que su gobierno no ha llegado a mostrar un solo homicidio en toda la nación, este resultado lo ha llevado que su país se considere como el más seguro del continente latino americano.

Debido a su rígida actuación con la delincuencia su nombre ha estado sonando bastante fuerte en los últimos días en Colombia, luego de su cruce de opiniones política con el presidente Petro. Mientras Bukele aplica la fuerza para la paz de su país.

No hay dudas de que el presidente Bukele, para mantener la paz en su país le ha tocado cimentar rigurosamente poderío para combatir la criminalidad. Cuando llegó al poder en el 2019, anunció como principal trabajo su “Plan de Control Territorial” puso en marcha un bloqueo de señal de celulares en los penales y declaró la emergencia carcelaria. En una segunda fase, reforzó el pie de fuerza militar y el 2 de septiembre de ese año se registró el primer día sin homicidios en la historia de su país. A partir de ese momento, empezaron a llegar las buenas noticias. Un mes después, Estados Unidos revocó la alerta de viaje a sus ciudadanos a El Salvador por la caída de la inseguridad.

Sin embargo, Petro no ha podido combatir la doctrina disociadora que ha llevado al país a tan deplorable situación de abatimiento. Al propio tiempo, los cabecillas revolucionarios los autores de tantos males, jactándose de su impunidad y escudado con aquella clemencia criminal, impasible ante los sollozos de huérfanos y ante la justa indignación de nuestro de las madres, se pasean osadamente a lo largo y ancho del país afanados en aumentar los caudades en medio de la matanza. Sus crímenes no solo han quedado en la impunidad, sino que han puesto a sus autores en las más apetecibles condiciones.

Mientras que Bukele ha demostrado su “crueldad” con sus opositores, el pueblo hace plausible su decisión, el gobierno de Petro aún no arranca del abismo de escándalo y miseria en que agoniza, sin embargo, no se ha cansado de realizar críticas destructoras contra un presidente que ha puesto a su país en un total desarrollo y en una paz total. Realmente lo que necesita el gobierno de Petro es asimilar un hálito de la voluntad del presidente Bukele.