Ideas confusas

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Wilfrido De la Hoz

Wilfrido De la Hoz

Columna: Opinión

e-mail: wilfridodelahoz@gmail.com



Muchísimos colombianos aún mantienen ideas muy confusas acerca de la cantidad de reformas que el gobierno de Gustavo Petro pretende hacer en nuestro país. Es cierto que se escuchan voces reconocidas diciendo que en Colombia sí se requieren algunas reformas, pero la cuestión se centra en que la socialización anunciada por el propio Gustavo Petro es bastante confusa porque parece que nadie sabe el detalle de cada una de tales reformas, con excepción del propio presidente.

Ningún colombiano es extraño al impacto de la carestía de los productos de la canasta familiar o inflación general la reforma tributaria, aún sin entrar en vigencia. También sabemos que la persona designada y nombrada como Ministro de Hacienda y Crédito Público es de las más reconocida por sus conocimientos y experiencia.

Los Gobernadores y Alcaldes están más confundidos con respecto a las normas expedidas para la reforma de su área. La necesidad de implementar reformas a la fuerza pública en Colombia suele cobrar relevancia ante abusos contra la población civil, escándalos de corrupción o tensiones entre la dirigencia militar y política. La reducción del pie de fuerza, sus recursos y roles, así como la participación en política por parte de sus integrantes activos, son algunos de los temas recurrentes. La campaña presidencial de 2022 y las propuestas del actual gobierno han vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad de reformas a las fuerzas de seguridad especialmente en cuanto a la ubicación de la Policía Nacional o en el Ministerio de la Defensa o en el Ministerio del Interior. 

Eso mismo está pasando con la reforma a la salud que se ha demorado muchísimo su socialización porque la ministra responsable de la salud a nivel nacional no ha podido encontrar la bolita para lograr un texto completo del proyecto de Ley susceptible de ser socializado, leído, analizado y discutido por las personas del sector, de la academia y por los más importantes, los parlamentarios, quienes tienen la facultad constitucional de controvertirlo, modificarlo negarlo o aprobarlo.

Todo lo dicho anteriormente sólo deja una deducción lógica que el recurso humano designado para cada uno de esos sectores, por alguna u otra razón, no se le ha expresado toda la información respectiva y necesaria, lo cual deja entrever confusamente que el nominador tampoco tiene muy claro los detalles de lo que quiere reformar.