Riesgo país y presidenciales 2022

Columnas de Opinión
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El riesgo país estima la probabilidad de incumplimiento de las obligaciones financieras incluyendo el nivel del riesgo para la inversión extranjera directa (IED). De forma más detallada evalúa las circunstancias que pueden afectar una inversión o el acceso a financiamiento internacional.

El próximo 29 de mayo se desarrollará la jornada de votación que definirá quién gobernará al país en el período 2023-2026. La importancia de estas elecciones radica en el riesgo latente que representa la candidatura del Pacto Histórico que con sus propuestas populistas afectaría negativamente el proceso de recuperación en el que se encuentra la economía colombiana.

En el escenario de una elección a favor de esta candidatura aumentaría de manera significativa el riesgo país, más precisamente en lo referente a los factores políticos y económicos, ya que los inversionistas (extranjeros y nacionales) seguramente tendrán en cuenta las desacertadas intervenciones de Gustavo Petro en las que expresa sus intenciones de intervenir, de forma directa, la inversión privada (recordemos su postura frente a los ingenios azucareros del Valle del Cauca y los fondos privados de pensiones).

En este mismo sentido, afirmar que de un plumazo cambiaría el sistema de fondos de pensiones privado es una apuesta fiscalmente insostenible, debido a que las cuentas de la financiación pensional son muy dinámicas con un mayor número de adultos que se pensionan y un menor número de cotizantes jóvenes.

Dentro del análisis no podemos dejar por fuera su propuesta de modelo de transición energética, que plantea la suspensión en la exploración de petróleo de manera inmediata, lo que significaría perder cerca de 20 billones de pesos en regalías además de renunciar al 50% de los ingresos en el exterior y perder la suficiencia energética, teniendo que depender de otros países para nuestras necesidades de abastecimiento en los próximos años.

Por otra parte, su propuesta de intervenir el Banco de la República buscando reformar su estructura y las continuas críticas a las decisiones del emisor de aumentar las tasas de interés para frenar la inflación, confirma su retórica desacertada, engañosa y de alto riesgo para el futuro económico del país.

Y que pensar de su modelo proteccionista que subiría aranceles a bienes importados que componen cerca del 20% de la canasta familiar (trigo, maíz, sorgo, soya, arroz, entre otros), bienes que en nuestro territorio no se producen con eficiencia convirtiéndose esto en una idea poco favorable a los intereses de los más pobres.

La lista de las malas propuestas de Petro parece interminable. Democratizar las EPS significa aumentar la burocracia en niveles desbordantes y la delirante propuesta del tren elevado y eléctrico que uniría a Buenaventura y Barranquilla que de sólo imaginarnos el costo nos produce un fuerte dolor de cabeza, además de ser una inversión que no se necesita ya que se trata de puertos que son complementarios.

Sin lugar a dudas, la posibilidad de un gobierno Petro nos hace anticipar malos resultados económicos debido a sus argumentos confusos y desacertados para alcanzar los objetivos macro (altos niveles de producción, buenos niveles de empleo y precios estables).

El próximo 29 de mayo tenemos el derecho y la responsabilidad de elegir bien, evitar un desastre económico que nos lleve a pagar un alto precio y defender nuestra democracia que, aunque imperfecta sigue siendo un sistema que funciona.