El costo de la barbarie

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Los horrores descubiertos en Bucha, Ucrania, y cometidos por las tropas rusas despertaron la solidaridad mundial con el pueblo ucraniano. Como consecuencia de esta barbarie, por primera vez en la historia de la ONU, un miembro fue suspendido del Consejo para los Derechos Humanos. Mal podría pertenecer a este consejo, quien es capaz de cometer semejantes atrocidades.

Es impensable que suceda algo más allá de este voto simbólico. No habrá juicio por crímenes de guerra ni cosas por el estilo. Simplemente, Occidente colocó nuevas sanciones.
Aunque el aparato de propaganda ruso, que es muy efectivo dentro de sus confines, intenta vender la idea de que esto no es muy distinto a lo hecho por los Estados Unidos y Occidente, en Iraq y otros países.

En mi opinión Iraq y Ucrania no son comparables, admitiendo de antemano que ambas campañas militares son condenables.

La invasión a Iraq hay que entenderla dentro del contexto de los tiempos. Al momento del ataque por parte de los Estados Unidos, habían sucedido dos cosas trascendentales. La primera, había un tira y hala entre Hussein y los Estados Unidos, que se estaban mostrando los dientes. Hussein asumió una estrategia de engaño para hacerse ver más fuerte y peligroso de lo que realmente era. Hizo creer que tenía armas de destrucción masiva. Le sucedió lo que eventualmente le pasa a quien sale a intimidar con una pistolita de agua. Adicionalmente, Hussein era un dictador cruel, que no dudaba en masacrar a su pueblo, y además era un vecino agresivo. En su última aventura intentó invadir Kuwait. El segundo punto es que al ataque a las Torres Gemelas en New York se dio en el ambiente descrito. Todos sabemos que el ataque a las Torres Gemelas cambió todo, y la caída de Hussein fue justificada por la lucha contra el terrorismo.

Ucrania es una historia muy diferente. Ucrania no se ha metido con Rusia. Aquí solo hay un agresor con sueños imperialistas, y un agredido que hace lo mejor por defender su territorio. No medió provocación alguna que desencadenara la ira del Kremlin.

La suspensión de Rusia de la ONU envía un mensaje claro a la comunidad internacional que debe darse por notificada de que la barbarie de guerra tiene un límite. No todo vale en una guerra y la guerra debe darse dentro de criterios de humanidad. No hacerlo es someterse a la condenación y rechazo con todas las consecuencias.

En mi opinión, lo que está sucediendo en Ucrania es un momento de similar magnitud e importancia a lo sucedido con las Torres Gemelas. El despertar de la Europa Occidental, que ilusamente creyó que los lobos ahora eran vegetarianos, y un día descubrió que el lobo seguía comiendo ovejas. El haber cómodamente renunciado a asumir los gastos de defensa y dejarle su protección principalmente a los Estados Unidos tuvo la consecuencia de que la situación de Ucrania los cogió mal preparados. Afortunadamente, Rusia estaba peor preparada que ellos.

Se piensa que el conflicto durará largo tiempo, así que es difícil que será del nuevo orden mundial. Lo cierto es que debemos esperar a la Europa Occidental jugando un papel mucho más protagónico.