La vigencia de una antigua lección económica

Columnas de Opinión
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Las antiguas civilizaciones como la china o la egipcia, guardaban parte de sus cosechas para los tiempos de escasez. Sacrificaban parte de su consumo para poder disponer de alimentos y bienes en el futuro, porque sus sembrados y cosechas dependían de factores climáticos, ya que la producción futura no estaba garantizada.

El significado del ahorro lo entendemos como una porción de nuestros ingresos que decidimos no gastar para guardarlo y utilizarlo en el futuro. Este recurso puede ser destinado para atender posteriores situaciones de crisis o para cumplir objetivos cómo unas merecidas vacaciones y/o contar con un capital semilla para un nuevo proyecto.

Ahora bien, desde el punto de vista empresarial la regla general nos indica que debemos controlar los costos, aumentar los ingresos para de esta manera maximizar las ganancias. Parece un proceso muy simple, pero de verdad es difícil de implementar sobre todo en tiempos de debilidad y recuperación económica. Cada pequeño ahorro que logremos en los costos y gastos se reflejará en aportes significativos para la empresa.

Sin embargo, ahorrar no sólo es eliminar gastos superfluos, aunque eliminar estos rubros que no necesita la empresa genera menores egresos y por ende beneficios, pero indiscutiblemente es un primer paso que se argumenta de forma consistente en dejar de derrochar o desperdiciar.

En otras palabras, la importancia del ahorro empresarial está directamente relacionada con la eficiencia en el uso de los recursos lo cual contribuye con la sostenibilidad del negocio.

De esta manera se va creando un soporte financiero para empresas de distintos sectores que cuentan con grandes fluctuaciones en sus ventas entre las temporadas altas y bajas. Es así que, cuánto más frecuente sea el tiempo de inactividad, mayor será el ahorro que la empresa necesita acumular. Para estas situaciones es conveniente contar con fondos líquidos para usos específicos en el futuro.

Por otra parte, un objetivo empresarial es crecer y expandirse. Cuando se logra superar las dificultades de crear una empresa y obtener el retorno de la inversión inicial, ha llegado la hora de crecer. Para expandir un negocio es necesario planificar, aprovechando las oportunidades y estudiando muy bien los riesgos. En este punto es preciso tener en cuenta el riesgo o la trampa de aumentar el endeudamiento de la empresa. Concentrarnos en una adecuada relación ahorro-crédito son necesarios para el desarrollo empresarial.

Para concluir, en Colombia no sabemos con certeza cuántas empresas han cerrado de manera definitiva por efectos de la pandemia. Existen algunos informes como la encuesta Emicron del Dane (febrero 2021) que estimaba un total de 509.370 micronegocios cerrados por efectos de la crisis sanitaria. Aquí vale la pena preguntarnos si la situación de muchas empresas, sobre todo medianas y pequeñas, es en parte el resultado de ausencia de liderazgo para generar una cultura de ahorro y afrontar coyunturas económicas como la actual.

Urge mejorar la formación financiera en nuestros niños y jóvenes para contar con futuros lideres empresariales, convencidos del hábito que hace parte de uno de los más preciados valores.