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Escrito por:

Juan Galán Pachón

Juan Galán Pachón

Columna: Opinión

e-mail: prensa@juanmanuelgalan.com



El pasado 2 de junio la fiscalía general de la Nación emitió resolución de acusación contra dos Generales retirados y un ex detective, como presuntos responsables de homicidio con fines terroristas y tentativa de homicidio por el asesinato de Luis Carlos Galán, del exconcejal de Soacha César Peñalosa y del escolta Santiago Cuervo. Los implicados son el entonces subcomandante de la Policía de Cundinamarca, Argemiro Serna Arias; el exdirector de la Dijin, Oscar Peláez Carmona; y el ex detective Héctor Ernesto Muñoz.

El primero, Argemiro Serna Arias, en ese momento teniente coronel, tenía que garantizar la protección de Luis Carlos Galán, pero hizo todo lo contrario, ya que no dispuso las medidas de seguridad necesarias. Incluso, horas antes del homicidio, retiró del municipio a un grupo de contraguerrilla integrado por 14 personas. El segundo, Óscar Peláez Carmona, junto al General (r) Miguel Maza Márquez -condenado por este magnicidio-, desvió la investigación impulsando operativos de captura contra personas que años después fueron declaradas inocentes. Por último, Héctor Ernesto Muñoz, hizo parte del plan que organizó el narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha para el asesinato de Galán, entre otras acusaciones.

Lo anterior demuestra una vez más, que la muerte de Luis Carlos Galán fue un plan minucioso, en el que miembros de la policía, del ejército y Das, narcotraficantes, paramilitares y políticos, se organizaron para acabar con su vida y su partido. No hay duda de que el exterminio del Nuevo Liberalismo, fue una política generalizada y sistemática que también les costó la vida a decenas de personas y sepultó la esperanza de todo un país.

Agradezco los avances de la fiscalía en la investigación por el magnicidio de Luis Carlos Galán. El esclarecimiento de este crimen es una garantía de no impunidad para los millones de personas que querían ver un mejor país, pero también es una esperanza de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición para más de nueve millones de víctimas registradas en el registro único nacional de víctimas de la unidad nacional de víctimas.

Es importante y merecido, hacer un reconocimiento a los fiscales y procuradores del caso, a jueces y magistrados de las altas cortes que han impartido justicia, a costa de presiones, amenazas y de inclusive poner en riesgo su seguridad y la de sus familias. Este titánico esfuerzo, en medio de las dificultades y fragilidades de nuestro sistema judicial, es un caso inédito en el mundo entero. No conozco otro magnicidio perpetrado en país alguno, que haya alcanzado el nivel de verdad y justicia obtenido por el crimen de Luis Carlos Galán. Aun después de 31 años de investigación, de desviaciones, obstrucciones y falsos positivos judiciales, la justicia poco a poco ha encontrado su camino.

Deseo que todas las víctimas en nuestro país, sin distingo alguno, tengan esta valiosa oportunidad de esclarecimiento para una de las páginas más dolorosas en nuestra historia. “A los hombres se les puede eliminar, pero a las ideas no, en cambio cuando se elimina a veces a los hombres, se robustecen las ideas.” Luis Carlos Galán