Electricaribe, se ganó una batalla, pero…

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Escrito por:

Javier Lastra Fuscaldo

Javier Lastra Fuscaldo

Columna: Opinión

e-mail: javierlastra6@hotmail.com

Twitter: @JLastraFuscaldo


¡Ganamos! dijo emocionado al país el Director de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, Camilo Gómez, al conocer el fallo del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) en el caso de Electricaribe. Pero en realidad, ¿qué fue lo que ganó Colombia?

En resumen, la Superservicios al quitarle a Gas Natural (hoy Naturgy), dueño del 85% de Electricaribe, el control de la empresa, el hecho fue considerado como una expropiación del gobierno colombiano y en consecuencia como una violación del acuerdo suscrito el 31 de marzo de 2005 entre la Republica de Colombia y el Reino de España para la promoción y protección recíproca de inversiones.

En un fallo de 227 páginas, los árbitros del Ciadi encontraron válidos los argumentos de la defensa de Colombia representada por el prestigioso buffet de abogados estadounidense Sidley Austin, firma de la que hizo parte Michelle Obama.

Esa decisión sienta un importante precedente en estas materias, pues no se puso en duda que, con la intervención de Electricaribe por el gobierno para proteger al usuario de la mala calidad del servicio y del riesgo por inminentes apagones, se violara el tratado de protección a la inversión extranjera suscrito entre los dos países.

Los alegatos de Gas Natural ante el centro de arbitraje, tales como: la tarifa de energía no era suficiente para remunerar los gastos, los impagos de entidades oficiales y usuarios de estratos de menores ingresos y la no ejecución del plan 5 Caribe como estaba prevista, entre otros, no fueron considerados por los árbitros como situaciones atribuibles al Estado colombiano para endilgarle desconocimiento al tratado bilateral.

Era obvio que Gas Natural debió conocer la regulación colombiana y las condiciones del mercado de la costa caribe antes de la adquisición de Unión Fenosa, movimiento societario a través del cual asumieron la propiedad de Electricaribe.

El gran logro jurídico de evitar una condena a la nación por 4.8 billones de pesos como indemnización a los empresarios españoles es sin duda la victoria de una batalla, pero muy lejos del triunfo de una “guerra” por los exagerados costos en que se incurrió con recursos propios para garantizar la continuidad del servicio y es este el quid del asunto.

Veamos, Gas Natural no recibió lo pretendido en indemnización, sin embargo la nación los liberó de asumir el pasivo por 1.5 billones de pesos de los tres mil pensionados de la empresa intervenida, los liberó de los legítimos reclamos de acreedores por 2.5 billones de deudas contraídas antes de la intervención, adicionalmente, no tendrán que hacer las inversiones en infraestructura por 10 billones de pesos y no tuvieron que cubrir el déficit operacional por 4 billones de pesos gastados por la Superservicios durante los dos últimos años de la intervención.

Esa insólita solución no tiene precedentes en la historia de intervenciones y liquidaciones en el sector de los servicios públicos. Este tema amerita un profundo estudio de caso y evitar repetirlo. Válido el mensaje del profesor Maturana, con su célebre frase `perder es ganar un poco’. Los españoles se zafaron de semejante problema con cero sanciones y con billonarios ahorros.

Tal vez hubiera sido preferible tragarnos el orgullo y conciliar la devolución de la empresa para que ellos mismos con su chequera resolvieran los problemas de deudas, inversiones y servicio en vez de hacerlo con cargo al bolsillo de los colombianos y esperar ahora que los nuevos operadores, Air-e y Afinia salgan adelante.