En los 62 años de EL INFORMADOR

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



Cuando se funda un periódico, una revista u otro medio escrito de comunicación nadie sabe cuántas ediciones verán la luz pública con el transcurrir del tiempo, pues la experiencia nos enseña que hay muchos escollos en el camino. Se trata de una tarea que depende de la diversidad de criterio del posible público lector, de los recursos económicos que puedan sustentarlo y de los innumerables problemas que la vida atraviese al desarrollo de una iniciativa editorial. Por lo tanto, la subsistencia de un medio de comunicación nunca está garantizada.

El INFORMADOR ha llegado a sus sesenta y dos años de labores. Esa larga vida es mucho tiempo para cualquier empresa. Es una proeza que no está al alcance de un ente cualquiera; se necesita decisión, tesón, confianza y, sobre todo, perseverancia para lograr los propósitos que se persiguen. Esas condiciones siempre han animado a sus fundadores y periodistas que emprendieron la ardua tarea de informar a una ciudadanía ávida de noticias, de difusión para sus eventos cívicos y de pormenores concernientes a la política nacional e internacional.

Si analizamos el recorrido de este periódico a lo largo del tiempo nos damos cuenta de que ha sido fiel a su lema, expresado el día de su fundación, el 7 de agosto de 1958: “Servimos a Colombia dentro del Frente Nacional con las ideas y programas del Partido Liberal”. EL INFORMADOR es el notario del acontecer cotidiano en la ciudad. En sus archivos están consignados lo bueno y lo malo que nos ha rodeado desde hace sesenta y dos años. Quien quera recordar la historia de Santa Marta a partir del último medio siglo pasado tiene que acudir a los empolvados ejemplares de este diario en diferentes épocas. El periódico brinda apoyo sin medida a las manifestaciones que ponen de presente el talento y promueven el desarrollo de la inteligencia.

La cultura ha ocupado siempre lugar destacado en este vocero del pueblo. No hay evento relacionado con el intelecto que pase inadvertido para sus acuciosos reporteros. Por otra parte, las separatas especiales son producto de verdaderas investigaciones en las que los responsables de las mismas se esmeran para estar a la altura de los temas tratados. La crítica, el comentario y todo tipo de manifestaciones consignados en las secciones de opinión, aparecen tal como sus autores las conciben; en otras palabras, EL INFORMADOR respeta la libre expresión de sus periodistas y colaboradores.

Por las oficinas de este diario han pasado todos los presidentes de Colombia a partir del Frente Nacional. Cada uno de ellos ha dejado su reconocimiento por la valiosa labor que cumple este medio informativo y por la importancia de su carácter conciliador y mesurado cuando se trata de mediar en conflictos aparentemente irreconciliables entre los ciudadanos. Todo eso se debe a la credibilidad que ha conquistado entre el público lector.

Los barrios de la ciudad no han encontrado medio mejor que las páginas de este periódico para exponer sus problemas de convivencia. Sin duda, se trata del vocero de las comunidades marginadas, a las cuales no llegan las soluciones requeridas si sus quejas no se plasman en la prensa de la ciudad. Por todo lo anterior, llegar a la cifra de 19.857 ediciones es una prueba de la férrea voluntad de una familia periodística que, contra todos los inconvenientes encontrados a su paso, continúa al frente de la casa editorial más importante de la ciudad. Los diferentes atentados sufridos por EL INFORMADOR solo han servido para confirmar que las ideas nunca sucumbirán ante la fuerza bruta. En esta fecha especial felicitamos a este periódico y le auguramos larga vida laboral.