La pandemia incrementa la explotación laboral infantil

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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



El Ministerio de Trabajo, reiteró que en Colombia 796 mil niñas, niños y adolescentes entre 5 y 17 años, son víctimas de explotación laboral infantil, lo que corresponde al 7.3% de los menores. Según el Gobierno Nacional, éste dato fue revelado por el ICBF; porcentaje que se reducía levemente, pero que se incrementa con ocasión de la pandemia. La explotación laboral infantil, la detectamos sin mayor dificultad en el campo agrícola, la minería y el área urbana, donde más es notoria. Nos detendremos más en aquellos niños, que en la ciudad, al lado de los semáforos se dedican a vender dulces, limpiar los parabrisas de carros, hacer piruetas o simplemente pedir dinero durante los 30 o 45 segundos que permanece el semáforo en rojo.

Niños que no han terminado la básica primaria atraídos por un imán, labores callejeras, al recibir algunos billetes, dentro de su ingenuidad, consideran haber definido la situación económica, dando el brazo a torcer, desertando de las escuelas; aquí no aparece un consejo de la familia o allegados; si ocurre llega tarde.

La Organización Internacional del Trabajo, OIT, interpreta que permitir trabajar a la niñez en su infancia, es privar su potencial y dignidad, siendo perjudicial para su desarrollo físico y sicológico; señala también que no debe mirarse en forma negativa que el niño se dedique a algunas labores (yo lo hice en período de vacaciones en Quinto de primaria), siempre y cuando no descuide su actividad escolar.

El trabajo infantil, según el ICBF, es toda labor realizada por un niño, niña o adolescente que no alcanza la edad mínima de admisión al empleo en los términos establecidos por la Ley laboral, que impida su escolaridad y como lo expresamos antes, el pleno desarrollo a cabalidad.

El riesgo en el que puede verse inmerso ese niño, niña o adolescente, más que todo inducidos a realizar actividades al margen de la Ley, cazados con atractivos por esos grupos, empeorando su situación y futuro, desfigurando en su totalidad esa forma de trabajo infantil que conocemos.

La OIT, dicta lineamientos y la legislación laboral colombiana los acoge, llevándolos a leyes, prohibiendo el trabajo de menores de 14 años; se proscribe a esa edad trabajos en turnos nocturnos y labores subterráneas: minería y pirotecnia. Se estima que sólo en América Latina, existen 20 millones de niños y niñas entre 5 y 14 años que trabajan.

Las labores que desempeñan los niños, están siempre en el sector informal de la economía, con escasas o nulas garantías, de ahí que se produzca y se incremente la explotación laboral infantil; además, del poco control del Estado, cuando debemos mirar a la niñez, protegiendo su presente, despejando y aclarando su futuro. Está en nosotros los mayores, proporcionarles el crecimiento acorde, brindándoles capacitación para que salgan adelante con algo que les guste y no obligados; buscando sean mejores que nosotros sus padres.