Unidad de propósitos

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Saúl Herrera Henríquez

Saúl Herrera Henríquez

Columna: Opinión

e-mail: saulherrera.h@gmail.com



Los uno y más problemas diarios que enfrentamos deben convocarnos con prisa y sin pausa a una unidad de propósitos, camino a enderezar entuertos, a una serie de cruzadas responsables y de real compromiso ciudadano en los órdenes local, municipal y departamental, en búsqueda de recuperar la confianza ciudadana y la defensa de nuestros derechos, lo que nos hace mucha falta para reconquistar a la gente que nos habita, debiendo ser sin más, eje fundamental de atención de dirigentes de toda condición, líderes comunitarios, sociales, políticos y gubernamentales, entre otros; más cuando día a día se suceden noticias nada halagüeñas, sino pandemia, cambio climático, secuestros, atracos, sobreprecios e incumplimiento de obras, robos, asaltos, extorsiones, deficiente educación, desatención de la niñez y tercera edad, lo mismo que respecto a la insatisfecha atención médica que se recibe en las entidades de salud como en las distintas instituciones públicas.

Quienes delinquen y demás otros que viven al margen de los preceptos de la convivencia social hacen de las suyas, particularmente en momentos en que los encargados de gobernar muestran, aunque no como se quisiera en decir de algunos, esfuerzos y algunas preocupaciones respecto de las responsabilidades constitucionales y legales que les competen, importando que la totalidad de los servidores públicos no piensen tanto en hacerse notar de sus jefes de turno, allegados y círculo cercano, sino atender, revisar, administrar, gestionar y cumplir con sus obligaciones; toda vez que las cofradías criminales de disímil origen y metas, pretenden seguir viviendo a tope su bonanza como consecuencia de la desatención que les es favorable permitiéndoles consolidar sus intereses.

Importa a raíz de todo esto, converger todos en defensa de la dignidad, lo que hace improrrogable una grande y sólida unidad en la que quepamos todos, orientada hacia objetivos específicos y tangibles en beneficio de las gentes, especialmente los más desprotegidos; razón por la que las posturas ideológicas, de partidos, grupos o movimientos no deba ser evasiva para agravar los problemas de los gobernados.

Obligados estamos a multiplicar esfuerzos, volcar potenciada nuestra capacidad para mejorar la atención y protección de los ciudadanos, quienes no solamente ayudan al desarrollo nacional, sino que son parte de esta sociedad. Departamento y municipios, es de recordar, gozan de una historia que amerita un mejor futuro, por lo que hace falta que, más que una polarización social, se convoque a su defensa para recuperar la dignidad como una forma permanente de vida, debiendo ser responsables de nosotros mismos y coger el futuro en nuestras manos, trabajar honestamente, enseñar que la dignidad también se encuentra en hacer el bien común. Requerimos con urgencia, dada su importancia, esa convocatoria a la unidad para que el bienestar común, a partir de la dignidad humana, sea uno de nuestros más grandes objetivos, en la seguridad que lograremos que tenga sentido la sociedad que nos concierne.