Ernesto Cardenal: poeta, teólogo, político…

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



El primer día de marzo de este año falleció en Managua, Nicaragua, el poeta y sacerdote Ernesto Cardenal. Como poeta dejó huella en Latinoamérica. De esta manera contribuyó a que en las letras hispanas recordáramos a su paisano Rubén Darío, creador del Modernismo en literatura. Ernesto Cardenal nació el 25 de enero de 1925 en Granada, Nicaragua. Estudió literatura en Managua y México y cursó otros estudios en los Estados Unidos y España. Además, fue traductor, escultor y político. Sin duda fue uno de los principales exponentes de la poesía latinoamericana.

El doble carácter de Cardenal ―poeta y sacerdote― facilitó su labor en favor de los pobres de su país y contra las injusticias sociales. Apoyó la lucha armada contra la dictadura de los Somoza, que duró cuarenta años. Por eso, en poemas como “Hora cero” y “Canto nacional” el poeta destacó las proezas de Augusto Sandino y los guerrilleros sandinistas. Expresa en sus versos: “¡Nicaragua: sin Guardia nacional veo el nuevo día! Una tierra sin terror. Sin tiranía dinástica.” Sin duda, el poeta fallecido hizo gala del título que con justicia le otorgó su patria: “Voz moral de la Revolución Sandinista”.

Cardenal fue ordenado sacerdote en 1965. Se radicó en Gran Lago de Nicaragua, donde fundó una comunidad de pescadores y artistas primitivistas que se hizo mundialmente famosa; un verdadero paraíso del arte. Ya era un ferviente defensor de la Teología de la Liberación. En el Gran Lago hay un archipiélago llamado Solentiname. Allí escribió Cardenal su célebre “Evangelio de Solentiname”. A raíz de la muerte del poeta a este lugar ahora se acercan en peregrinación numerosos fieles que recibían las palabras del carismático escritor y teólogo. En 1983 el papa Juan Pablo II, cuando visitó Nicaragua, amonestó públicamente a Cardenal. Le aconsejó no intervenir en política pues esa actitud reñía con los preceptos religiosos; el año siguiente lo suspendió de sus labores eclesiásticas pero en febrero del 2020 el papa Francisco lo rehabilitó para que pudiera administrar los sacramentos. Cardenal dijo en esa ocasión: “Me siento identificado con este nuevo papa. Es mejor de lo que podríamos haber soñado.”

No se puede hablar de Ernesto Cardenal sin mencionar su compromiso político. Aunque estuvo del lado de Daniel Ortega, actual presidente de Nicaragua, decidió apartarse de su manara de ejercer el poder y no dejó de criticarlo. Donde quiera que presentaba su poesía, Cardenal denunciaba a Ortega. En el 2017, durante una entrevista, refiriéndose a Ortega y a su mujer Rosario Murillo, actual vicepresidente de Nicaragua, expresó: “Tienen un poder absoluto, infinito, que no tiene límites, y ese poder está ahora en mi contra”. A pesar de todo, desde sus días como revolucionario hasta su muerte, sus principios contra las dictaduras de su país y su lucha por la justicia social se mantuvieron inamovibles.

Según el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, Premio Cervantes 2017, amigo del poeta, “Cardenal es uno de los grandes innovadores de la lengua española, al crear una nueva forma lírica, la de narración en la poesía”. En efecto, era un poeta-cronista de su tiempo. Afirmaba: “Soy el único poeta que está haciendo poesía sobre la ciencia, poesía científica. Para mí es casi como una oración leer libros científicos. Veo en ellos lo que algunos han dicho que son huellas de la creación de Dios”. Ernesto Cardenal recibió el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2012.

Dos frases famosas de Cardenal: “No estoy interesado en una liberación económica del hombre sin la liberación del hombre entero.” “El amor y el arte son lo mismo: Chaplin decía que toda obra de arte es una carta de amor escrita para alguien.”