Lawfer o golpe blando

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Lopez Hurtado

José Lopez Hurtado

Columna: Opinión

e-mail: joselopezhurtado13@yahoo.es



El término aparece por primera vez citado en “Hacia dónde va la ley: humanidad o barbarie”, de los australianos Jhon Carslon y Naville Thomas Yeomans (1975): “la búsqueda de la verdad fue reemplazada por la clasificación de los asuntos y el refinamiento del combate. Ir a la ley (lawfare), reemplaza ir a guerra (warfare), y el duelo es con palabras en lugar de espadas. Pero es suficiente?”, se preguntan los autores.

Pareciera, simplemente en principio, un novedoso aporte a la comunidad académica y jurídica, en especial, porque traduciría el refinamiento hacia el ejercicio de la dialéctica, pero una vez que se involucró el ingrediente del poder político dominante, sus bondades, como teoría y práctica, desaparecieron.

En otras palabras, a la “guerra jurídica”, que es lo que el vocablo significa, se le abona su condición de mecanismo teórico de resolución de conflictos en permanente construcción, que se torna degradado, cuando se aplica a favorecer intereses de quienes ostentan el poder del Estado, hoy de unos, mañana de otros.

Algunos autores la definen como “el uso de la ley como arma de guerra “(Charles J. Dunlap Jr ), y otros, extienden los alcances del concepto como el instrumento idóneo para lograr la subordinación, la conquista o dominio de poblaciones o de grupos menos poderosos.

Es el uso abusivo de la ley con fines políticos o partidistas, nos atreveríamos a decir, para obtener diversos fines, que van, en la práctica, desde la detención arbitraria de los oponentes, hasta el debilitamiento y derrocamiento de gobiernos.

Los expertos equiparan la figura, a la categoría de “Golpe Blando”, que es una forma, dicen, de acceder al poder político, sin utilizar, dado el caso, a las fuerzas militares, manipulando las divisiones internas de la sociedad, los medios de comunicación y las redes sociales.

De ahí la estrecha relación con las “guerras mediáticas”, como instrumentos de control y direccionamiento, para provocar una enorme presión pública, a favor o en contra de los intereses que se quieran privilegiar. América Latina, está plagada de casos recientes, postulan sus defensores. Un verdadero “poder oscuro”, a la vista de todos. Pero el tema tiene tanto de largo, como de ancho, imposible de agotar en una cuartilla, que bien vale la pena volver a tratar en posterior ocasión.