Con Buitrago llega la Navidad

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



Estamos en diciembre, mes diferente a todos los demás. Desde noviembre comienza la ambientación de esa época singular del año.
Muchas veces la cercanía de diciembre se anuncia desde septiembre, es decir, cuando comienzan los meses terminados en “…bre”. Aparte de las cábalas y propósitos personales de cambio para el próximo año y de los justos deseos de alcanzar la esquiva felicidad, todos nos vemos inmersos en la batahola que en este mes nos inunda. Los mismos ritmos musicales que en otras épocas poco nos entusiasman, en diciembre adquieren una connotación especial que nos transporta a tiempos felices dejados atrás o nos recuerda las penas por ausencias de seres queridos que ya no están con nosotros.

Con diciembre renace un compositor, cantante y juglar de insoslayable importancia: Guillermo de Jesús Buitrago. Nació en Ciénaga, Magdalena, el 1 de abril de 1920. Hijo de Roberto Buitrago Muñoz, antioqueño, y Teresa Mercedes Henríquez, cienaguera. Como muchos cantantes de antaño y de ahora el conocido ‘Jilguero de la Sierra Nevada’ nunca cursó estudios de música; y como la inmensa mayoría de esos chicos Guillermo comenzó acompañando los sones que escuchaba con lo que tuviera a mano: cajas de madera, de lata, implementos de cocina o simplemente silbando en solitario. La guitarra fue su compañera y con ella viajaba por los polvorientos pueblos del territorio costeño interpretando melodías inspiradas en escenas cotidianas de nuestros villorrios.

Buitrago fue figura clave para la divulgación de la música de la antigua Provincia. El cantante se presentaba en emisoras de radio regionales. Conoció la riqueza musical de las comarcas. Cantó con diversos grupos y estuvo vinculado al vallenato con guitarra. Conformó el conjunto llamado ‘Buitrago y sus muchachos’, con Ángel Fontanilla como principal acompañante. Dio a conocer los primeros paseos de Escalona, de Tobías Enrique Pumarejo y de Emiliano Zuleta Baquero, entre otros.

Édgar caballero Elías, conocedor de la vida de y obra del cantautor, dice en su libro ‘Guillermo Buitrago, cantor del pueblo para todos los tiempos’: “El hecho de que un humilde cantante provinciano, sorteando toda clase de dificultades, pudiera conquistar la simpatía de la región en primera instancia para luego meterse en el corazón de todo un país, en tiempos en que no se disponía ni en sueños de las ventajas de que hoy gozan los artistas jóvenes, es no solo una hazaña sino indicativo de que ese artista fue alguien totalmente fuera de serie, un cantautor y músico que dividió la historia de nuestra música’.

Las nuevas generaciones –sobre todo en el interior del país– tienden a confundir el nombre y las canciones de Guillermo Buitrago con las de un cantante llamado “Buitraguito”, que surgió en la década de los noventa. Algo va del uno al otro: Buitrago es el precursor de la música vallenata con guitarra. Cada vez son menos las personas que recuerdan las presentaciones radiales de Buitrago en las emisoras La voz de Santa Marta y Radio Magdalena. En la memoria de ellas permanece la imagen del cantante que, vestido siempre de blanco, después de cada audición se apresuraba a tomar el tren de la tarde para regresar a su Ciénaga natal. Era el mismo ‘Tren-Diablo’ que ahora añoramos y en el cual Escalona ingresaba a Santa Marta después de vacaciones para reanudar sus estudios en el Liceo Celedón.

Por las interpretaciones de Buitrago el mes de diciembre es diferente para los costeños. Por eso tarareamos o silbamos sin darnos plena cuenta la tonada de ‘La víspera de Año nuevo’, de Tobías Enrique Pumarejo; ‘Arbolito de Navidad’, ‘La piña madura’, ‘Compa’e Heliodoro’, ‘Las mujeres a mí no me quieren’, ‘Dame tu mujer, José’, ‘El testamento’, de Escalona y ‘Qué criterio’, de Emiliano Zuleta Baquero, conocida como ‘La gota fría’, entre otras.