“Estoy en Bogotá recibiendo el premio nacional al docente BBVA, y la ministra hace entrega del premio, propuesta innovadora, utilicé lo mismo en el video y el mismo día sale resultado de la ECFD y no apruebo.” Omar Martínez.
Estas son las ironías de la vida, y la falta de respeto que solo se dan en nuestro país, el profesor Omar Martínez, docente cordobés que ha sido catalogado como el mejor docente del país, y premiado por la misma ministra de educación, no aprueba una mal llamada Evaluación Carácter Diagnostico Formativa, donde un video “dice” según el mismo ministerio de educación si un profesor está apto o no para ascender o reubicarse en la nueva escala salarial de los docentes del 1278, o de concurso.
El único profesional en Colombia, con títulos de maestrías y doctorados, egresados de universidades certificadas de alta calidad, que tienen que demostrar por medio de una farsa de video, que saben de su oficio y por lo tanto deben ser escalafonados. Es como decirle a un médico que presente un video para ver si es o no apto para obtener su tarjeta profesional o ser reubicado salarialmente por lo que muestra en dicho documental.
Todos sabemos que ésta mal llamada evaluación está supeditada al escaso presupuesto que este gobierno le asigna a la educación, que cada vez es más insuficiente y deja ver en claro las falencias en el sector: mal estado de las instituciones, difícil acceso a las mismas, falta de material didáctico, acceso a la red, computadores, comedores, y para no alargar la lista de necesidades, docentes mal remunerados, y con trabajas para ascender.
Se presentan una serie de irregularidades en esa mal llamada evaluación como es el caso de decir que el docente desconoce el contexto, como le sucedió a una docente que lleva más de diez años atravesando barro e incomodidades para llegar a la vereda donde labora, mostrando una vez más la falta de objetividad y seriedad de esta farsa.
Es hora que Fecode deje el discurso y pase a la práctica para dignificar la profesión docente, pues fueron ellos junto con la ministra Gina Parody, quienes aceptaron esta nefasta propuesta evaluativa en el 2015, que no mide bajo ningún punto de vista lo realizado por el docente en su quehacer diario dentro y fuera del aula.
Es inconcebible que una federación que agrupa o representa a más de 350 mil educadores haya permitido y sigan permitiendo semejante humillación hacia los formadores de juventudes en el país. Es hora de luchar por un estatuto docente único, que permita a los docentes ascender como en años anteriores, por tiempo de servicio, títulos y producción académica, que es lo justo y lógico en la praxis social, económica y valorativa de un verdadero docente.
Es hora de respetar la profesión docente, hacerla respetar y darle el lugar que los países desarrollados le han dado, por eso están en los lugares que se encuentran, y no supeditarla aun “video Show” que no dice nada a la postre, pero que margina cada vez más al docente en su profesión, y hace que esta no sea apreciada o valorada como debe ser.