EL INFORMADOR y su feliz LXI aniversario

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Oliverio del Villar Sierra

Oliverio del Villar Sierra

Columna: Trinchera

e-mail: samario1525@hotmail.com



Corre el 7 de agosto de 1958, día en el cual dos importantes sucesos, el uno nacional, el otro regional, se suceden con histórica simultaneidad en Colombia. En Bogotá asume la presidencia de la república el primer presidente del llamado “Frente Nacional”, Alberto Lleras Camargo, y en Santa Marta se inaugura, o mejor, abre sus primigenias páginas, el diario, “EL INFORMADOR”, bajo la dirección de su fundador y propietario, José, ‘Pepe’, Benito Vives De Andréis.

Por estos lares, ese 7 de agosto, el pueblo samario festivo, extrovertido, desinteresado, sincero, noble, sencillo, ’en temple, sí’, mas con los eréctiles “Ron Caña” y “Ron Centenario” entre pecho y espalda e incitado y excitado con música de viento de la banda “Santa Cecilia”, numerosas tamboras y una polvorera atronación donada desinteresadamente por Carmelita Cabas y manipulada por sus hermanos Manuel Alejandro y Urbano Cabas, los eternos polvoreros de todos los festejos patronales de todos los Santas y Santos de la ciudad (unos 150, “faltando datos de otros corregimientos”, incluidas Santa Emerenciana y Santa Cunegunda de la que ellos eran fieles devotos y de todas sus cívicas festividades), festejaban eufóricos con multitudinario y tropical berroche la magnífica inauguración de, EL INFORMADOR, cuyo ‘gentío de gente’ que atiborraba desde la calle Santa Rita a la calle del Pozo por la Avenida Campo Serrano, y en lo que es hoy el almacén “Éxito”, era un macizo condumio de samarios, ya que en ese edificio, que era de, “Pepe Vives e Hijos Ltda”, quedaban por entonces las oficinas de EL INFORMADOR, su Gerencia Administrativa y las salas de su cuerpo de periodistas, redactores y fotógrafos, y hacia la otra esquina, en la calle Burechito, donde quedaban sus talleres, con el primer linotipo que hubo en Santa Marta (de “última generación” por aquellos evos) y que hoy permanece como regio y querido “monumento” recordatorio de su época en la terraza de la hermosa edificación que fue la solariega casa familiar de la familia Vives Campo, hoy dirección y planta de sus profesionales periodistas y fotógrafos y de los talleres de EL INFORMADOR.

Otro ‘recorderis’ que hacemos de los primeros años de EL INFORMADOR es el del terrible incendio de sus talleres de la calle Burechito que quedaron reducidos a cenizas. Este desastre se dio un domingo de febrero de 1966, tiempo en el que se enfrentaban como candidatos a la presidencia de la república, Alfonso López Michelsen y su opioso MRL versus Carlos Lleras Restrepo en ‘la otra esquina’. Como representante a la Cámara por el MRL, la maricuya de ‘Nacho’ Vives Echeverría, por más veras sobrino de don Gabriel Echeverría por parte de madre, lo que le imprime al asunto un toque irónico-genético pues era también sobrino, por parte de padre, de don Pepe Vives, quien resuelto apoyaba con EL INFORMADOR la candidatura de Lleras Restrepo, causó un grave enfrentamiento familiar entre tío y sobrino, de quien se decía que. “era capaz de llevarle la mazamorra al diablo y traer de vuelta la caldereta”.

Sobrevino entonces en medio de aquel enfrentamiento el incendio de EL INFORMADOR del que no vacilaron en sindicar ‘las malas lenguas’ (?) como “agente determinador” a Nacho Vives (¡vaya usted a saber!), lo que dio pie al ‘sindicado’ para que en una de sus consabidas y arrebatadas arengas flamígeras hiciera una pirómana apología forense de los incendios “por combustión espontánea” (¡sic!), poniendo de ejemplo la injusta y malintencionada acusación que ¡al mismísimo Nerón! hicieran sus calumniadores enemigos de la época, al considerarlo inocente de haber sido “el autor del incendio de Roma”… ¡PLOP!

Si bien don ‘Pepe’ Vives no era “monedita de oro pa’ caerle bien a todos”, nadie con dos dedos de frente puede negar que su empuje emprendedor tenía contornos vanguardistas y futuristas, lo que algunos llamarían, “visionarios”, cuyas ejecutorias se ejemplarizaban en las numerosas obras que realizó durante su tres años exactos como gobernador del Magdalena (Sept./39 – Sept./42) y más tarde en sus actividades empresariales, entre las que destacamos la aparición de EL INFORMADOR que se convirtió en vocero indiscutible (como también lo es hoy) de la opinión pública de Santa Marta, el Magdalena y La Guajira. En este último departamento EL INFORMADOR se “degusta” (!!!) más que el friche, según gastronómica y literaria opinión del cacique y prestigioso “putchipú” de esa región, Jesús Iguarán, Iguarán.

¡Que vengan muchoooos añooos máaaas de fecundaaaa existenciaaaa para el admirado decano de la prensa magdalenense, nuestro querido, EL INFORMADOR y…. ¡PROSIT…!!!