Hidroituango: soluciones más que desastres

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Escrito por:

Luis Tabares Agudelo

Luis Tabares Agudelo

Columna: Opinión

e-mail: tabaresluis@coruniamericana.edu.co


En mi natal Turbo Antioquia, hasta 1977 la energía al pequeño pueblo era suministrada por una planta que mantenía más varada que funcionando. Recuerdo que en muchos días sólo teníamos energía entre la 10 pm y 4 am. Tal vez, por eso de los ventiladores para poder dormir.

Pero, desde 1967 -sin nosotros imaginarlo siquiera- andaba el ingeniero José Tejada Sáenz, ideando planes y buscando un lugar para construir una central hidroeléctrica en el Cauca Medio. Proyecto que presentó el 18 de agosto de 1969 bajo del título: “Desarrollo Hidroeléctrico del Cauca Medio, un análisis sobre el potencial del río”. Hasta 2010 que inició la construcción pasaron 41 años dando origen a Hidroituango.

Hidroituango es el nombre de un proyecto hidroeléctrico ubicado sobre el río Cauca entre el municipio de Ituango y el corregimiento de Puerto Valdivia que pretende convertirse en una de las fuentes generadoras de energía más importantes de Latinoamérica.

El proyecto tuvo muchos cambios desde que se ideó la construcción: la ubicación, cuanta energía podría suministrar, altitud de la presa. Quiere decir que no nació por arte de magia donde hoy está ni hubo improvisación, por el contrario, todo ha estado fríamente calculado basado en varios estudios.

Para la necesidad de muchas personas como los habitantes de Turbo poco a poco se iba buscando la solución a una mejor calidad de vida. Pero cómo no se tomaban soluciones de fondo o no había dinero para grandes proyectos energéticos se vio truncada con nuevos apagones como el que se presentó entre el 2 de mayo de 1991 y el 7 de febrero de 1992 producto de la presencia del fenómeno del Niño, que originó un intenso verano afectando el nivel de los ríos y por supuesto de los embalses.

El Gobierno del entonces presidente, César Gaviria, decidió tomar medidas de racionamiento. Se produjeron apagones diarios en todo el país. En la Capital de los colombianos -que no fue la excepción- fue de 9 horas, en San Andrés isla se llegó hasta un máximo de 18 horas y en regiones como la costa atlántica el asunto fue traumático y los periodos sin luz eléctrica fueron de diez horas diarias.

Por otra parte, hubo decisión del gobierno de implementar la “hora Gaviria” que adelantó la hora oficial en 60 minutos.

Aunque el apagón se superó en febrero de 1992, cuando se dio un aumento en el nivel de los embalses y pudo ponerse fin a la denominada “hora Gaviria”, fue porque empezó a llover, sin embargo el presidente Gaviria para solucionar tomó decisiones que nos costó asimilar como la traída al país de barcazas con las que esperaba generar energía eléctrica.

Cómo no funcionó, se optó por parte del Ejecutivo presentar al Legislativo proyecto de ley con sobretasas municipales a la gasolina, un mayor IVA y un reajuste del impuesto de renta.

Es necesario recordar que aunque el fenómeno del niño marcado por temperaturas muy altas y sequías muy extensas tuvo mucho que ver con el apagón y racionamiento, las Farc en pleno apogeo andaban tumbado torres a diestra y siniestrada profundizando el problema.

Para concluir, en homenaje a muchos colombianos como el ingeniero José Tejada Sáenz y por los habitantes de regiones apartadas en el territorio colombiano que aún no les llega la energía, siguen a punta de vela y mechones de acpm y por qué no regresen las horas Gavira; no nos suban los precios de la factura de energía, no nos suban los impuestos y no vuelvan los racionamientos, debemos rodear proyectos como hidroituango, tenerles paciencia, no ser tan estrictos. No olvidemos que todo redundará en nuestra calidad de vida.