Ni hay partidos políticos ni políticos

Columnas de Opinión
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En Colombia ni hay partidos políticos ni muchos políticos. Quienes presumen ser políticos son por lo general personas que se las arreglan para vivir del Estado.

 

Pocos están en el oficio por ideales y convicciones sobre el funcionamiento de la sociedad, la economía, las conductas de los hombres, el papel y la organización de las instituciones. Esos personajes son desbordados por la clase voraz que se tomó el oficio y que no se para en pelos para treparse al caballo.

 

Quizás la premisa sea ventana con ángulos visuales interesantes para ver en perspectiva a América del Sur y para comprender su atraso.

A excepción de Uruguay, Brasil y Chile puede decirse lo mismo de los demás países suramericanos. No tienen partidos políticos ni políticos. Muchas personas en el rebusque de la vida son capaces de vencer las peripecias para obtener puesto en el Estado con ayuda de amigos que recogen en el camino para que les ayuden a empujar la carreta y fungen de "políticos".

Basta observar la lista de primeros mandatarios y preguntarse a qué partidos políticos representan o qué doctrinas o qué programas, para darse cuenta la dificultad de ubicarlos, predecirlos y proyectarlos en el tiempo. Hace pocos días fue elegido por ejemplo Ollanta Humala en Perú: quién sabe a qué partido representa, quiénes lo integran qué recorrido y qué organización tiene y qué representa en la historia peruana.

Contradictores y observadores le reprochaban que en la campaña presentó siete programas de gobierno diferentes y si se observa el grupo de coequiperos que se encaramaron a pedalear en la bicicleta para ganar el envión final, se reconoce que ahí había de todo, personajes de la extrema derecha a la extrema izquierda llegaron a la minga o a la "empresa", según la motivación de cada quien. No pocos se unieron para derrotar a la contendora, la señora Fujimori, más que a construir cierto tipo de país cuyos sueños comparten.

Así puede hacerse el recorrido de país en país. Miren nada más el caso colombiano. El partido que postuló a Santos, la "U", se fundó hace escasos dos años y a estas alturas, pasados diez meses de gobierno, está hecho pedazos y tal vez a punto de desaparecer.

Ya lo he observado, este presidente que nunca se había presentado a elección alguna y a quien la ciudadanía conocía poco, consiguió los votos jurando que era la persona más parecida al Álvaro Uribe que podía encontrarse en el paisaje colombiano y desde el primer día en el gobierno hace esfuerzos y malabares para que no quepa la menor duda que es la persona más distinta que pueda existir a Uribe. Por lo demás, la montonera con la que gobierna no tiene en común nada distinto al apetito por puestos y es tan confiable y predecible como el estado del tiempo en nuestro medio.

Incluso en Argentina no podría afirmarse que la enorme maquinaria del "peronismo" sea partido. En ese macrocosmos político pelechan extremos tan distantes y pensamientos tan disímiles como los que representan Menem y los Kichtner.

No es de extrañar que Brasil, Chile y Uruguay sean las naciones más avanzadas y exitosas de Latinoamérica. Los gobernantes representan partidos políticos con trayectoria histórica y con ideas que cualquiera puede exponer y explicar, los electores saben que eligen para que esas ideas se apliquen y los elegidos saben que llegan a los puestos porque la gente los conoce y está segura de su capacidad para ponerlas en práctica.

Son líderes que interpretan el pensamiento político de su partido en la época, su historia y su proyección en el tiempo. No son caudillos que arrastran electores con emociones o fichas de caudillos como en Colombia y el resto de la región.

Cuánto nos demoraremos los colombianos para volver a tener partidos políticos… no lo sé… el "Polo" está hecho pedazos, los "Verdes" y la "U" también, el conservatismo es un club cada vez más opaco de empleados públicos y el liberalismo que estaba a punto de resucitar, rueda al mar muerto en el que sucumben sus aliados…el magma de la burocracia…

PD: Augusto Ramírez Ocampo fue colombiano, demócrata y ser humano ejemplar. Que en paz descanse. Mis condolencias a la familia.

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