Mi maestro Rocky

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Luis Reyes Escobar

Luis Reyes Escobar

Columna: Opinión

e-mail: luksreyes@hotmail.com


No soy muy amante del cine y mucho menos de las sagas, sin embargo, soy un gran seguidor de las películas de Rocky Balboa. Su historia es la perfecta recreación del sueño americano. Para los que no lo conocen, este personaje –quien es caracterizado por Sylvester Stallone – es un italiano de clase baja que se dedica a cobrarle a los morosos de un prestamista de Philadelphia.
Con el tiempo muestra su talento para el boxeo y gracias a que tuvo la oportunidad de combatir por un título boxístico, se convirtió en el campeón mundial de peso pesado. Lo atractivo de estas películas, es que siempre me han dejado un mensaje de superación, coraje o simplemente me han llevado a replantear mis esquemas.

Al principio eran las típicas películas de acción y drama. Luego de un tiempo, empecé a encontrar grandes mensajes de vida y sin pensarlo dos veces, empecé a repetirlas. Balboa se convirtió en la personificación de la lucha que lideramos al tener que enfrentar los cambios y rutinas del día a día. En varias ocasiones Rocky habló acerca del miedo, pero la que más me impactó, fue cuando utilizó la metáfora del fuego interior. Él decía que el miedo era un fuego interno y que nosotros decidíamos si nos dejábamos quemar o lo convertíamos en esa chispa que daba inicio a la combustión de nuestro motor de acción. Si intentara contarles cuantas veces esta visión sobre el temor me salvó el pellejo, podría tenerlos en vigilia varios días. Debes saber que atravesar en algún momento de nuestras vidas por adversidades de carácter económico, laboral, afectivo, familiar, etc. no es una rareza, la diferencia entre unos y otros, es la forma en que deciden enfrentarlas.

El mensaje de esta última película de la saga fue bastante poderoso. Rocky le preguntó a uno de los personajes, a quien le nació una hija sorda, que si la amaría a pesar de nacer con esa limitación, a lo que él respondió que si. Acto seguido, Balboa le dijo que su hija no sabía de nada, por lo tanto que no le enseñara acerca de la autocompasión. Que palabras tan sabias, todas las cosas que consideramos como problemas, sufrimientos o limitaciones, vienen de nuestras concepciones y muchas de ellas –por no decir todas– han sido tomadas de nuestros padres o de quienes nos rodean. Esto es algo que los filósofos indios tienen muy claro, es por eso que dicen que la mente es la culpable de toda la miseria de este mundo.

Ya han pasado más de cuarenta años desde que salió la primera película de Rocky, sin embargo, siento que sus mensajes siguen vigentes. Me atrevo a decir que con el pasar del tiempo le encuentro más significado a su contenido. Por ejemplo, hoy que contrasto estos dos ejemplos que les expuse, me doy cuenta que en últimas ambos hablan acerca de lo mismo; cómo todo lo que pasa en nuestro interior, juega un papel fundamental en el resultado. ¿Cuántas veces has quedado petrificado o desaprovechado una oportunidad por tener miedo? ¿Cuántas veces el no tenerte confianza a jugado en tu contra? ¿Cuántas veces dicen cosas buenas de ti y no las crees? Bueno, hoy sabes que tú eres tu peor enemigo. Es normal sentir temor, lo que puede llegar a ser malo, es lo que decidas hacer después de que sientes miedo. Vence ya esos pensamiento negativos que tienes anquilosados en lo más profundo de tu ser y empieza a admirar la belleza con la que la naturaleza te dotó. Eres único, eres perfecto, eres un milagro de la creación. Nunca olvides que cada día que te levantes, es una oportunidad para empezar de nuevo y cambiarlo todo.