Nos hemos acostumbrado…

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Eimar Pérez Bolaños

Eimar Pérez Bolaños

Columna: Opinión

e-mail: eimar.perez@unad.edu.co


“supongo que el único momento en que la mayoría de la gente piensa en la injusticia es cuando le sucede a ellos” Ch. Bukowski. Nos hemos acostumbrado que en la costa son perezosos y los cachacos hipócritas; que los pastusos son ingenuos y los paisas vagabundos; nos hemos acostumbrado que hay que arrodillarse a una imagen de yeso y sobre él caerá la responsabilidad de nuestras acciones; nos hemos acostumbrado que “pecando” y “rezando” se empata; nos hemos acostumbrado a que la vida es un manual socialmente establecido, organizado por una tradición cultural a la cual debemos ceñirnos para convivir sin problemas y censuras.

 

Nos hemos acostumbrado que la gente es todo el mundo, menos yo; que todo lo diferente a mí es nocivo, tóxico e inmoral. Nos hemos acostumbrado que para ser alguien en la vida hay que estudiar; que todo el mundo es ignorante porque no piensa como yo; que los inexpertos no son capaces de tomar buenas decisiones y deben seguir mi “ejemplo”. Nos hemos acostumbrado a que la medicina, la ingeniería sean más útiles e importantes que las artes, la filosofía y la antropología; nos hemos acostumbrado a que las tertulias sean hablar del otro, mirar sus defectos, su estado financiero y su vida familiar.

Nos hemos acostumbrado a creer que participar es dar un “link”; que la democracia se reduce a un simple voto y que cuando el cargo no es útil, ni representa status económico, delegamos a otros. Nos hemos acostumbrado que si estamos en un cargo, nos olvidamos de nuestra clase social y nos convertimos en rastacueristas, sin siquiera pensarlo.  Nos hemos acostumbrado a guiñar para promover decisiones que favorezcan nuestras pretensiones individuales, sin pensar en los otros;  a decirle doctor a todo funcionario público, aunque sea solo un bachiller; nos acostumbramos a pensar que son los dirigentes los dueños del país, a quien debemos rendirles sumisión y pedirles cita para que nos atiendan.

Hace un tiempo parqueaba mi moto en un barrio de Bogotá y se me acercó un policía, sacó un formato y me dijo: “firme que ya está avisado; si deja la moto acá se la pueden robar” a lo que respondí: ¿acaso no son ustedes los encargados de velar por la seguridad de los ciudadanos? Me dijo: “mi única función es avisar que tenga cuidado” a esto nos hemos acostumbrado, que por doquier hay ladrones, que debemos comprar otro celular no porque queremos actualizarlo sino porque nos robaron. Nos hemos acostumbrado que las “ollas” de la droga y grupos criminales sean invisibles a las autoridades, de hecho en muchos casos, son sus aliados.

Nos hemos acostumbrado a los quince o a los cuarenta y cinco días hábiles como tiempo de espera de las entidades e instituciones para resolver cualquier trámite; a que una cita con el especialista debemos ser pacientes y esperar tres meses; nos hemos acostumbrado a ir al médico particular y no hacer uso de lo que nos descuentan mensualmente o automedicarnos a través de la farmacia de la esquina. Nos hemos acostumbrado a que el sistema de salud esté diseñado como un negocio, más que una entidad prestadora de un servicio básico.

Nos hemos acostumbrado a resolver las diferencias humanas a través del odio y exterminio; nos hemos acostumbrado a que todo el que piensa distinto a mí, es mi enemigo; nos acostumbramos a pensar que sobrevive el más fuerte, que el valor y poder de una persona está en su capacidad adquisitiva y no en su ser humano como tal.

Nos acostumbramos a llevar la vida tal como se nos presenta, a la forma como la cultura, el desarrollo, la tecnología  y la civilización nos moldea; nos acostumbramos a los clichés y extranjerismos, “al que piensa pierde” y que la vida es mucho más sencilla si te acoges al confort de la inmensa mayoría. A eso nos hemos acostumbrado…