Mentir no importa…

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Cecilia Lopez Montaño

Cecilia Lopez Montaño

Columnista Invitada

e-mail: cecilia@cecilialopez.com



Se está volviendo casi imposible en nuestro país escribir sobre temas positivos y esto es realmente lamentable.

Cada hora y no cada día, salen a relucir temas realmente preocupantes. Temas que no pueden pasar desapercibidos por el bien de la sociedad como un todo. Esto es aún mucho más cierto cuando se trata de actitudes de un gobierno, que en un país presidencialista como Colombia, permite cosas inauditas. Esas actitudes son mensajes para millones de jóvenes en proceso de formación como ciudadanos.

La forma como el presidente Duque está manejando el nombre de quien debería ocupar la dirección del Centro de Memoria Histórica, Vicente Torrijos, es realmente lamentable. Peor aún fue que la directora de Prosperidad Social, Susana Correa, entidad del gobierno a la cual le corresponde este nombramiento, cerrara de una toda posibilidad de reconsideración del nombre de Torrijos para tan importante cargo. El tema se les complicó, porque quedó en evidencia que no era verdad lo que Torrijos había incluido en su hoja de vida y por esas mentiras, la Universidad del Rosario, de la cual era profesor, le cancelo su contrato. Ante este tema tan delicado, el gobierno en cabeza de la señora Correa se mantuvo en que como cumplía los requisitos se mantendría en su nombramiento.

Seguramente por la presión mediática, el presidente Duque acaba de afirmar que espera que el señor Torrijos aclare su situación ante la Universidad del Rosario. ¿Eso quiere decir que contrario a lo que afirmó su funcionaria, el nombramiento de Torrijos está en veremos? Por desconocer cómo terminará esta historia que se une a la acumulación de equivocaciones del gobierno actual— incluida la salida en falso de la Vice Presidenta—es bueno señalar lo que hay detrás de esta decisión.

El mensaje que tiene en sus manos el Presidente Duque y su gobierno es si la mentira importa o no importa, como hasta ahora parecería. No debe olvidarse que este tipo de respuestas explícitas sobre un tema tan delicado en un país donde la transparencia se perdió, deja un mensaje muy grave para una juventud que está creciendo en medio de tantos mensajes falsos. Mentir sí importa y aquel que fundamente su desarrollo profesional y su vida familiar en apartarse de la verdad, finalmente se desmorona y todo lo que está a su alrededor también. Pero si alguien que va a ocupar una alta posición en el gobierno o en general en el Estado puede mentir, se valida totalmente este inadecuado proceder.

Por favor señor presidente, no se equivoque de nuevo con este nombramiento y jálele las orejas a la directora de Prosperidad Social que ya ha dado suficientes muestras de su arrogancia, sumada a su ignorancia sobre lo que significa ser un funcionario del Estado. Por favor, asuman la responsabilidad que tienen que asumir por el impacto de sus actuaciones sobre los valores de esta sociedad y especialmente sobre el camino que los jóvenes sienten que deben seguir en sus vidas.

Mentir sí importa y debe costarle a quien elija ese camino para ascender en su vida profesional en cualquier cargo, pero en particular en una posición pública.