La “digitalización” de la democracia

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Eimar Pérez Bolaños

Eimar Pérez Bolaños

Columna: Opinión

e-mail: eimar.perez@unad.edu.co


Los avances paulatinos de la tecnología desde mediados del siglo pasado han permitido que la información fluya y se dinamice a partir de distintos medios, dejó de ser exclusiva del aparato militar como sucedía anterior a los años 90, para dar paso a la masificación de la información en tiempo real.
Tanto así, que en la actualidad desde de las redes sociales se masifica en cuestión de segundos. Sin embargo, también estas redes han generado cierta vaciedad de la información, ocultamiento y posverdad, promoviendo la ignorancia y sofismas.

Por todo lo anterior, se resalta que el uso de las redes sociales a nivel global, especialmente Facebook y Twitter, estas se han convertido en instrumentos de los discursos políticos, es decir en la forma contemporánea de hacer política. Han consolidado unos imaginarios de participación frente a los temas recurrentes de las sociedades y se piensa que al asumir un discurso virtual implicará una repercusión en las élites del poder.

Siendo esto así, considero que la Democracia no solo envuelve un proceso de elección, sino también de participación en distintos escenarios. No obstante, si lo llevamos al campo digital, observamos participación, pero en un mundo irreal de noticias y contextos que provocan debates triviales y que funcionan como cortina de humo frente a lo que sí es urgente participar. Por ejemplo: “el gran robo del siglo, un penalti del Real Madrid” y todo el mundo participa en memes y burla. Mientras se dan otro tipo de fenómenos como los ataques a Siria, el robo de Isagen y muertes a líderes sociales y en eso la participación es nula.

En consecuencia, vale la pena plantearse la pregunta. ¿Qué tipo de democracia se deriva de la era digital? Para mí la democracia en la era digital conlleva a la construcción de una sociedad basada en imaginarios de participación. Frente al tema, no podemos dejar de lado la libertad, indispensable para ejercer los derechos que tenemos como ciudadanos. Sin embargo, este valor está mediado tanto interna como externamente por unas relaciones de poder que coaccionan nuestros espacios de participación.

Por otra parte, desde una perspectiva global y pensando en que la democracia es un concepto que no se reduce únicamente al sufragio, sino que implica toda decisión que optemos como ciudadanos, observamos que digitalmente hay actores externos que controlan nuestras libertades. Por ejemplo, consideramos que participamos al compartir imágenes, en cadenas de salvación, en dar link para dar record socialmente a alguien. Con base a lo expuesto Marcuse anota: “la civilización industrial contemporánea demuestra que ha llegado a una etapa en la que “la sociedad libre (…) no se puede ya definir adecuadamente en los términos tradicionales (…)” (pág. 34). Es decir, para el filósofo alemán todo el cúmulo de informaciones da paso al adoctrinamiento de masas y la abolición de la opinión pública.

En consecuencia, conlleva a que no haya distinción dentro de los medios de comunicación: si son informativos, de diversión o sin son instrumentos de manipulación y adoctrinamiento. (p. 39). En fin, pensar la Democracia en la era digital, nos conlleva al análisis de cómo la tecnología siendo instrumento de masificación de la información, incide en la conformación de un sujeto, conforme y acrítico a la hora de tomar decisiones como ciudadano.

Tanto así, que, para este sujeto, su concepción de Democracia se reduce a simples imaginarios permeados por las redes sociales y de doxa. Nuestras decisiones están permeadas por una digitalización del terror, entonces Zizek, se pregunta ¿De qué sirve nuestra celebrada libertad de elección, cuando las únicas opciones de escoger son seguir las reglas o entregarse a una violencia autodestructiva? (p.47) Más cuando la información es algo privado.