Trump, un peligro universal (II)

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Oliverio del Villar Sierra

Oliverio del Villar Sierra

Columna: Trinchera

e-mail: samario1525@hotmail.com



Las peligrosas barbaridades de Donald Trump son una flagrante violación al Derecho Internacional y a la libre autodeterminación de los pueblos y conllevan también  la cruda violación de los Derechos Humanos y Civiles de más de ciento cincuenta países de América Latina, África y Asia; desconocen rampantes los Pactos Internacionales (como Hitler con Munich, Polonia y la URSS), suscritos por los EE.UU. con anterioridad a su arbitrario régimen (Protocolo de Kyoto, Tratado de Paris, Acuerdo Nuclear con Irán, TLCs) y reafirma su infame desacato al mandato de la ONU de la suspensión inmediata al Bloqueo de Cuba y al reconocimiento pleno de Palestina como Estado Soberano, para sólo mencionar ‘la punta del iceberg’ de la insólita peligrosidad del “loco de la Casa Blanca”, como ya es conocido a nivel mundial, barbaridades que ponen de manifiesto que estamos ante un temible desquiciado que en ascuas tiene la paz del mundo.

Si lo anterior fuera poco, es cosa de amarrarlo “de todas cuatro” y con acial burrero, por su lunática “idea”, de crear un ¡Us Space Army! (Ejército Espacial Norteamericano). ¿Para combatir a quién, pregunta Steven Spielberg: a marcianos, venusianos, jupiterinos, en fin, a  “extraterrestres” o a terrícolas, que en este caso no pueden ser otros que rusos y chinos? Bueno, es que ni a Reagan con su “Iniciativa de Defensa Estratégica” (1983) se le ocurrió una supuesta guerra espacial, como aquella de las memorables “series” cinematográficas del emperador Ming enfrentado a Flash Gordon…

La avalancha o para ser más castizos y filológicos, la catajarria de denuncias, repudio, protestas, condenas contra “el loco de la Casa Blanca”, no se detienen dado su aberrante ayer, su temido hoy y su peligroso mañana. Sale de una y entra en otra, a juzgar por la última de sus marramuncias -que “victoriosa” le resultó al contar con el apoyo de los senadores republicanos- al elegir a su “partner” de orgías, el sátiro Brett Cavanaugh, su “candidato estrella,” como juez de la Corte Suprema de EE.UU. a quien también se le sindica, no solo de “lecher”, como su postulante, sino además de “raper”. ¿Se puede imaginar el pudibundo lector, el desprestigio que tendría la Corte Suprema de Justicia de Burundi, Bostwana, Ruanda, Colombia, Sodoma o Gomorra con la pertenencia a tan alto Tribunal de un miembro sospechoso de ser un violador sexual postulado por un cómplice de bacanales rasputinescas?

“El loco de la Casa Blanca” parece no tener limitaciones ora lujuriosas, ya políticas. Enfrenta toda suerte de imputaciones concupiscentes de fogueadas fornicatrices a quienes ha sobornado, para comprar su silencio, con sumas que superan los US$ cinco millones ¡por cabeza! provenientes de fondos públicos (¡delito federal!), quienes recibieron esa suma por parte de abogados “messengers” de Trump, pero luego “le hicieron conejo” ¡Plop! tirándolo al agua o como dicen los  jurisperitos en Derecho Penal, sapeándolo… je… je… je… Y por estas desbraguetadas conductas está hasta el cogote con las autoridades federales. Es que como dice el sabio proverbio cienaguero: “El que a coito paga, a sexo muere”…

Además del brete judicial y constitucional en que está incurso, decenas de libros en su contra escritos por reputados analistas y periodistas gringos denunciando sus pervertidas andanzas, sus pataletas guerreristas y sus berrinches psicóticos lo tienen ante el patíbulo del “impeachment”, pues tales procederes, sin antecedentes entre sus predecesores, dan para reabrir “Alcatraz” o “Greystone Park”.

Pero un inmenso tsunami de repudio mundial se ve venir contra éste Hitler reencarnado comenzando por su propio país, donde la Fiscalía federal y el FBI lo acusan, rumbo a su inexorable  “impeachment”, de numerosas marramuncias y ahora mismo (3 de octubre) por evasor de impuestos ¡el único delito por el que pudieron enguandocar -en Alcatraz- a Al Capone!, en tanto los medios de comunicación lo arrinconan implacables rumbo a su total desprestigio personal y a no dudarlo éste bergante presidente gringo no saldrá por un “Watergate”, sino por un “shitculvert”, sólo que es cuestión de aguardar un poco… ¡Póngale la firma!