Abortion

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Luis Reyes Escobar

Luis Reyes Escobar

Columna: Opinión

e-mail: luksreyes@hotmail.com


Hace unas cuantas semanas terminé de ver una serie en la que unas personas se toman “la casa de la moneda”, lugar en donde se imprime dinero.

En su tercer capítulo, tocan tangencialmente un tema que para algunos no admite discusión, el aborto. La escena comienza cuando uno de los atracadores manifiesta su negativa al descubrir la intención de aborto de una rehén. El hombre indignado, le confiesa que su madre quiso abortarlo y comienza a plantearle unas situaciones con las que pretende demostrarle que cualquier persona puede joderle la vida, menos un niño. Le restriega que ella no sabe el amor que es capaz de dar un hijo y concluye preguntándole: ¿qué cosas tan locas haces tú, que no puedes hacerlas con un crío?

Hoy por hoy, Las discusiones acerca de la penalización del aborto se han convertido en un tema de gran relevancia. El asunto ha tomado tal protagonismo, que ha llegado a elegir presidentes en algunas naciones y ha costado el puesto en otras tantas. La batalla ha convocado a grandes representantes y cada lado ¬– con el afán de proteger sus intereses – cuenta con argumentos tan fuertes y posiciones tan radicales, que da la impresión de que sus diferencias son irreconciliables y que ninguna negociación podría llevarlos a una solución que satisfaga a ambos extremos.

Por una parte encontramos a los pros abortistas; este grupo pretende defender los derechos de la mujer y para esto cuenta con un amplio repositorio de evidencias y supuestos que buscan sustentar su posición. Los argumentos más comunes hablan de que las mujeres tienen absoluto derecho de disponer sobre su cuerpo, que en muchos países en donde el aborto es ilegal existe una súper población que vive en condiciones de pobreza, que las mujeres corren riesgo de muerte al hacerse este procedimiento en lugares clandestinos y que el embrión en sus primeras etapas no es considerado científicamente un ser viviente. Por todas estas y algunas otras razones, es que este grupo está dispuesto a luchar en contra de la violación de su libertad que se ve constreñida al impedirles que interrumpa un embarazo que no desea. La verdad, no me siento en la posición adecuada para entrar a cuestionar estos argumentos, sin embargo, si me causa curiosidad que al parecer la posición del hombre – como responsable del 50% de lo sucedido – no figure en esa lista.

Por el otro lado, encontramos a aquellos que no apoyan el aborto. Este colectivo lucha por los derechos del no nacido y tienen respuestas que falsean cada una de las tesis con las que cuenta el grupo opositor. A pesar de eso, considero que su argumento más sólido, es que el principio de la vida es más importante que el derecho de libertad de la mujer a disponer de su cuerpo, ya que se trata de proteger la vida de un indefenso. Debo aceptar que esta causa me conmueve mucho, por lo que se trata de darle voz a quien no la tiene y a pesar de que algunas veces la discusión puede tomar matices religiosos, existen personajes – como el escrito norteamericano Ben Shapiro – que lo sacan de este contexto y mantienen un discurso coherente soportado en la ciencia y dilemas morales.

Considero que cada parte tiene argumentos válidos para defender su posición, sin embargo, creo que la discusión no se ha abordado de forma adecuada. Me parece que lo más sensato es empezar a descubrir los verdaderos motivos por los cuales alguien aborta. Por ejemplo, planteemos un escenario en el que las mujeres decidan abortar porque no cuentan con los medios económicos para sostener al bebe o que no tienen el tiempo necesario para atenderlo debido a que deben dedicarse al estudio. Ese inconveniente me parece de muy fácil solución. Si ese fuera el problema, el estado podría empezar a modificar y flexibilizar los procesos de adopción para trasladar la responsabilidad del niño a quien desee y pueda hacerse cargo de él. Es más, si las condiciones del país no son aptas para entregar al recién nacido en adopción, podría pensarse en parejas extranjeras. Cuando las razones para abortar tomen protagonismo en la discusión, empezaremos a proponer soluciones en donde todos ganen.