La compositora

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Luis Reyes Escobar

Luis Reyes Escobar

Columna: Opinión

e-mail: luksreyes@hotmail.com


La sabiduría popular dice que los burros se buscan para rascarse y esa tarde no fue la excepción. Nos reunimos tres melómanos – amantes de lo que nosotros llamamos buena música– a preguntarnos acerca de los albures de la vida. Con guitarra en mano y la atención de todos en mí, entendí que no cantar sería casi tan reprochable como levantarle la voz a una madre, por lo que me lancé a entonar una de mis canciones. No había alcanzado a terminar cuando uno de mis amigos preguntó ¿cómo empezaste a componer? Y sonriente le dije “Bueno, para responder eso debo contarte un episodio de mi vida”. Fue suficiente ver como se acomodaba en el sofá para entender que el tiempo no sería un impedimento para escuchar mi historia.

Creo que una de las cosas que mejor hago y que realmente disfruto, es contar historias. Esa tarde entretuve a mis amigos con aquel relato que describía como una  desilusión amorosa – también conocido como despecho – le dio un vuelco a mi vida y me motivó a escribir mis primeros versos en rima. Fue bonito recordar como con libreta en mano y contando palmas –haciendo honor a mis primeras clases de castellano– construí los parámetros que me ayudaron a plasmar mi sentir en una escueta nota de voz. Debo admitir que fueron tan placenteros los recuerdos, que la historia no salió de mis pensamientos en toda la noche y mi cabeza se empeñó en reflexionar acerca de la definición de compositor, su labor y el rol que juega en la sociedad.

Mis conclusiones no fueron muy alentadoras, pero considero que ahí radica la grandeza y se enaltece la labor del literato de los poemas melódicos. En mi debate interior, definía al compositor como un creador de vida, entendiendo vida como un cúmulo de recuerdos, experiencias, emociones y sentimientos. Este personaje abre su corazón para entregarle al mundo sus más íntimos sentires, porque a pesar de que se escriban historias de terceros, es inevitable plasmar lo que se percibe desde la experiencia y perspectiva. La parte dura de su labor, es cuando entrega la obra al mundo. Pareciera que la sociedad condenara al olvido al autor para enaltecer al intérprete, siendo este último –en muchos de los casos– quien se lleva todos los créditos. Sin embargo, la falta de reconocimiento no es obstáculo para que el creador se llene de regocijo al ver como el público se apropia y siente las canciones casi como si fueran de su autoría.

Al echarle nuevamente un vistazo a mis ideas, me doy cuenta que esta situación–guardando sus proporciones– no dista mucho a la de una madre. Las mamás someten su cuerpo a condiciones extremas y/o invierten los mejores años de su vida en la formación de una personita, que será entregada al mundo con el único fin de que construya su propia vida siéndole útil a la humanidad. Parece irónico ver como el tiempo, encargado de fortalecer esa unión inquebrantable entre madre e hijo, aparentemente también juega un papel importante en la dilución del vínculo. Señalaría a la satisfacción individual de la consecución de metas y a la mal entendida independencia, como culpables del olvido de los lazos maternales, o en otras palabras, creería que el egocentrismo es culpable de que la sociedad y los hijos olvidemos que para que el mundo pudiera deleitarse con nuestros talentos, cualidades, capacidades, entre otras, debió existir una madre pujante que nos hiciera lo que hoy somos.

Podría quedarme días escribiendo sobre ese regalo hecho mujer que Dios nos dio, pero me despediré resumiendo mi sentir con los siguientes versos “Madre, es esa palabra que borra tristezas y brinda alegrías. Madre, esas cinco letras que con pronunciarlas logran que reboce de alegría. Me enseñaste a volar sin tener alas, para así alcanzar mis ilusiones. Si en la oscuridad mi alma penaba, irrumpías con mil rayos de colores. Me enseñaste lo dulce que es la vida, sabiendo que existen amarguras. Por eso agradezco y miro arriba, porque has sido mi mejor fortuna. Aunque lo intenten nunca te podrán clonar, entre miles ninguna es como tú…” Feliz día Madres.