Tomando el pulso II

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Los resultados del 11 de marzo decantaron el panorama político de cara a las presidenciales. Aunque los guarismos de las consultas interpartidistas son solo un estimativo, si indican que la derecha dobla y probablemente triplica -si se incluye a Vargas- a la izquierda en intención de votos.

Murió el mito Petro, ya que no tiene los votos ni perspectivas de alianzas para llegar a la presidencia. Nadie quiere con Petro. Dos razones de peso. Primero, Petro no quiere ser el segundo a bordo de nadie; y segundo, ¿sobre qué bases se harían las alianzas? Los planteamientos de Petro son incompatibles con los de los otros candidatos, y el único punto de encuentro es una supuesta defensa del acuerdo de La Habana; tema ya superado y que dista de ser el eje de la campaña. Aliarse con Petro implica caer en la incoherencia.

Los egos en el Centro han dado al traste con posibles alianzas, que además son la única posibilidad de pasar a segunda vuelta. Aquí la alianza lógica es entre De La Calle y Fajardo. Quizás los mantiene separados el intuir que juntos tampoco llegarían. Para tener alguna posibilidad, tendrían que robarle votos a la derecha, lo cual no es realista. Nadie le apuesta al caballo que parece va a perder. La tabla de salvación podría ser Santos. Es decir, si el objetivo de Santos es elegir a un presidente continuista, y oficia el matrimonio, entonces le pedirá a los partidos de la Unidad que apoyen a De La Calle y a Fajardo. Pero si el objetivo es cerrarle el paso al uribismo, entonces les pedirá a todos que rodeen a Vargas, que sería la carta de la victoria. De hecho este último escenario se da por descontado de darse una segunda vuelta entre Duque y Vargas.

Duque tiene el apoyo de su bancada, y por su gran afinidad con el partido Conservador, es bastante probable que la mayoría termine apoyándolo. No es de poca monta que dos figuras muy relevantes como Pastrana y Ramírez hayan militado en esas toldas. Es de esperarse que un sector de La U se les sume e incluso algunos liberales. Si piensan ir sin Vargas a la primera vuelta, entonces necesitan sumar mucho. Como lo veo, si Duque no gana la presidencia en la primera, la pierde en la segunda, repitiendo la historia de hace cuatro años. Esto presupone que no hace alianza con Vargas y que Vargas también pasa a segunda. Como están las cosas, a Duque solo le alcanza para llegar a segunda vuelta. Si Duque no está seguro de que arrasaría en la primera y saldría elegido, mejor que se una con Vargas.

Vargas hasta ahora solo cuenta con el apoyo de su bancada. Está obligado a sumar si quiere llegar a segunda vuelta. A diferencia de Duque, no se percibe que tenga la posibilidad de ganar en primera vuelta. La estrategia obvia de Lleras es llegar a segunda vuelta si no hace alianza con Duque. La alianza obvia es con sectores de la U y del partido Liberal y algunos varones electorales conservadores. Vargas tiene claro que si pasa a la segunda, probablemente gana.

Lo ideal sería que Duque y Vargas llegaran unidos a la primera vuelta porque entonces no habría segunda. Tendrían que negociar quien es el piloto y quien el co-piloto. Si dejan de lado los egos, esta alianza debería ser posible. Sus agendas de gobierno y programas siguen la misma orientación. Son equipos complementarios. Vargas aporta experiencia, excelente conocimiento del país, y conocimiento de cómo gobernar con tiburones y sobrevivir en el intento. Duque es la nueva generación de políticos, con una visión más global y moderna. Juntos pueden aportarle mucho al país e iniciar la tan necesitada transformación. El único escollo es que Vargas fue Vice, y probablemente no quiera volver a serlo. Tal vez está en una etapa de su carrera en que es todo o nada, y en estas condiciones, solo aceptaría una alianza con Duque si este acepta ser su Vice.
Los próximos días nos dirán como se mueve la cosa política.