La maldición del sueño americano

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Aunque no lo creamos, Méjico y Centro América necesitan el muro mucho más que los Estados Unidos. Esa frontera porosa que pone el sueño americano al alcance de la mano ha sido maldición de estos pueblos. Recomiendo leer el discurso del Nobel de Paz y expresidente de Costa Rica, Oscar Arias, en la V Cumbre de las Américas en donde hizo planteamientos y reflexiones muy pertinentes en el momento actual; nos da contexto sobre la relación norte-sur.


Ningún país puede dictarle a otro cómo controlar sus fronteras ni cómo manejar su política migratoria; hay que respetar la soberanía de los Estados Unidos. Si el muro es parte de la solución para tener un mejor control de la frontera sur, están en todo su derecho de construirlo. ¿Acaso usted deja la puerta de su casa abierta para que entre cualquiera?

¿Por qué digo que la frontera porosa ha sido una maldición? Porque al tener los ciudadanos la opción –real o percibida- de abandonar sus países para escapar de la pobreza y la violencia, nunca van a enfrentar a sus gobiernos corruptos. La salida más fácil es huir al norte. Así se mantuvo el PRI 60 años en el poder, y se han mantenido también todas las elites corruptas de Centro América. Por esto nada cambia y seguimos igual, sin importar el pedigrí ideológico. No hay diferencia alguna entre Somoza y Ortega.

El día que irse al norte deje de ser opción, física o psicológicamente, los ciudadanos exigirán a sus gobiernos el abandono de las prácticas corruptas y gobernar para todos. El norte ha sido la válvula de escape a los problemas sociales de estos países, con el efecto de perpetuar la corrupción y el mal gobierno. Hay que cortar el cordón umbilical con el norte para que estas sociedades cambien de verdad.

A raíz del impase entre los USA y Méjico por cuenta del muro, y la amenaza de deportación masiva, produce risa la afirmación del expresidente de Méjico, Fox, de que la dignidad de los paisanos no se negocia. Si hay alguien que no ha respetado la dignidad de los millones de ilegales mejicanos en los USA, son las elites mejicanas, ya que estas personas abandonaron su país para huir de la condenación a una vida sin esperanza.

La corrupción de las autoridades mejicanas ha permitido que el tráfico de droga, de armas y de personas, sea un gran negocio. Muchos ilegales con los que he hablado, me han comentado que son detenidos por los policías mejicanos, y esto los dejan pasar después de pagar miles de dólares por persona; la mundialmente conocida mordida. Si Méjico controlara su lado de la frontera, no estaríamos hablando hoy del muro.

El muro, físico y psicológico, tiene para los USA la función práctica de obstaculizar tanto como sea posible el tráfico de personas, armas y drogas, y posibles terroristas. Del lado mejicano se escuchan voces sensatas como lo planteó Carlos Slim, quien aseguró que el mejor muro es crear oportunidades en nuestros países; apreciación que coincide totalmente con lo planteado por el expresidente Arias en el documento referenciado al inicio.

Slim, a diferencia de la reacción desaforada e histérica de la mayoría, entiende lo que está en juego, y de sus declaraciones se deduce que entiende que Trump tiene razón, y que la balanza comercial deficitaria no le conviene a los USA; también acepta que Méjico pagará por el muro de una forma u otra. Entre otras cosas también entiende el estilo de Trump, del cual dice no hay que alarmarse. Hizo una observación bastante sensata: los USA tiene que reindustrializarse cuidadosamente, llevándose las industrias que tienen mucho valor agregado y dejar en Méjico aquellas de poco valor agregado o que no se justifica mover a los USA, es decir, buscar un gana y gana en la relación.

Para un sector de los Estados Unidos, la supervivencia de la Unión depende de lograr revertir la balanza comercial deficitaria que tiene con el resto del mundo. Trump no es enemigo del libre intercambio comercial, como lo pregonan sus enemigos, sino de los intercambios adversos a los Estados Unidos y que no son un gana gana. Esto pronto va a cambiar.