El éxodo

Columnas de Opinión
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La ola de inseguridad que rodea la ciudad no es asunto nuevo; año tras años, la hemos visto recorrer las calles de nuestra ciudad y aún de nuestro departamento, azotados por la violencia que no permite levantar cabeza y salir ilesos de esta preocupante situación.

En tiempos anteriores, la misma inseguridad tomaba el nombre de grupos armados al margen de la Ley; en los años 80 y 90 fueron incursionando en todos los niveles de la sociedad y de la economía hasta quedar establecido en el nuevo milenio, su participación en las mismas.

En aquellas épocas, cobró un número significativo de victimas entre las que se contaban desde campesinos y jornaleros, pasando por administradores, y agricultores hasta propietarios de fincas, a quienes el secuestro y la extorsión les quitó la tranquilidad. Muchos de ellos fueron posteriormente asesinados, dejando a sus familias en el abandono total y produciendo el conocido fenómeno de desplazamiento que hoy es el principal problema social de nuestra población: los campesinos hacia la ciudad y los citadinos a otros países para lograr un bienestar sostenible.

Los grupos guerrilleros, llámense Farc o Eln, han "comandado" verdaderas cruzadas en pos de desestabilizar las comunidades a través del secuestro y la extorsión, valiéndose del estado de indefensión de muchos para cometer sus delitos. Los nombres de sus víctimas, para su protección, se mantienen en el anonimato.

Hoy, y ante el asombro y miedo de las ciudades y municipios, vemos como se ha vuelto a escuchar el eco violento de aquellos que han llegado a amenazar a los comerciantes y personas de bien, en su afán por obtener dinero para su lucha armada: se ha conocido de almacenes, talleres, restaurantes, empresas de servicios varios y hasta de personas particulares que han sido llamadas y amenazadas en su integridad y la de sus familias si no acceden al pago de sus pretensiones. Ellas son las victimas silenciosas que por seguridad permanecen en el anonimato y a quienes estos grupos armados pretenden seguir dañando ya a las que no les han dejado camino distinto al del éxodo.

Esperamos que nuestra ciudad y nuestro departamento sepan enfrentar con valentía y autoridad estos sucesos que hoy mantienen en la cuerda floja a los que contribuyen con su trabajo a mover nuestra economía.

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