Sí, al plebiscito de los acuerdos de La Habana o guerra urbana

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Escrito por:

Jorge Caicedo Correa

Jorge Caicedo Correa

Columna: Opinión

e-mail: jcaicedoster@gmail.com



Sun Tzu en su decálogo de la guerra, que ha trascendido en el tiempo y la distancia en la Dinastía China Ming, casi 500 años A. de C., le prohibía a sus Generales entrar en combate en las ciudades, esto es aconsejaba evitar la guerra urbana.


Modernamente Hitler decanto la guerra en Stalingrado, hoy Volgogrado, su nombre original al ordenar un control y guerra urbana en esa ciudad.

El ejército de Colombia, en 1967, tenía las unidades especiales de control en localidades, denominada “Contra Guerrilla Urbana” y el entrenamiento se hacía en el Centro de Convenciones, donde en Bogotá, actualmente se efectúa las ferias del libro, de la ciencia, medicas etc., lógicamente que el progreso avasalló ese hermoso lugar y la pista mermada, se construyó en Melgar, el fuerte de Tolemaida, guardando las proporciones, creando batallones de Policía Militar hasta que la Policía Nacional formó sus escuadrones Anti Disturbios Esmad, que los quiere acabar el antiguo guerrillero del M-19 y hoy Senador de la República Alirio Uribe, en su lucha política contra el estamento fuerzas armadas.

El principal obstáculo para la paz, no es la oposición sino el narcotráfico con todas sus estructuras criminales. Aunque se está negociando con la mayor organización narcotraficante, nos queda, los Urabeños, los Rastrojos, el ELN (Que se dividió en tres frentes, Nororiente, Suroccidente y frente Urbano con el 10% de sus unidades, luego la guerra va para las ciudades con este grupo terrorista al que se están pasando algunos de las Farc-EP), las Bacrim y los disidentes de las Farc en desacuerdo. Como diría la cantante cubana Celia Cruz q.e.p.d. “Vaya Lio”

Esta idea no es nueva, la expresó por la T.V. el bandolero narcoterrorista A. Mono Jo Joy con su acento campechano “Nos pillamos en la ciudad”.

Ninguno de los dos caminos es fácil, decimos el Sí al plebiscito y con treinta Caguanes pueden obtener el Estatuto de Beligerancia obteniendo el apoyo internacional. Optamos por el No y se entierran las Farc- EP en las ciudades en medio de un caos de destrucción y muerte. Ese es dilema para los colombianos.

Para combatir el flagelo de la guerra urbana se necesita un Código de Justicia Penal Militar de acuerdo a las circunstancias que proteja sus Fuerzas Militares y Policía dentro y en el post conflicto porque hay que entrar con contundencia, contra los terroristas que van a colocar carros bombas, francotiradores, asesinatos selectivos, plan pistola para los servidores públicos etc.

Nuestros garantes para restablecer la democracia colombiana, son Cuba que lleva más de 50 años de sangrienta dictadura y Venezuela que está al borde del desastre contando con el apoyo de los bandoleros de las Farc-EP y ELN.